Con la ampliación de capital, la vida le ha cambiado al Espanyol. Las urgencias por ingresar ya han quedado atrás y mientras los clubes que vienen a buscar jugadores a la entidad blanquiazul lo hacen como lo han hecho siempre con el club perico -es decir, con ofertas a la baja-, la realidad espanyolista ha cambiado y así se lo intentan hacer saber a los equipos que andan detrás de ciertos jugadores de la primera plantilla: cláusula o nada.
Es el caso de Mario Hermoso y Borja Iglesias. El Atlético de Madrid puja por el central, cuyo precio de salida es de 40 millones de euros. Le resta un año de contrato y en el club colchonero juegan con ello, pero el Espanyol se muestra inflexible y exige el pago de la cláusula de rescisión. No se conforma con los 20 que ofrece la entidad rojiblanca -recordemos que la mitad irá a parar a las arcas del Real Madrid- y se hace fuerte; según la ‘COPE’, el Atlético podría estar planteándose ceder ante las exigencias pericas y abonar los 40 millones, ya que Hermoso es objeto de deseo de Simeone. El jugador se pudo como fecha límite el 3 de julio para decidir su futuro, a pesar de tener un acuerdo cerrado con el Atlético. Quedan ocho días para que la situación se desenquiste.
No es muy diferente el caso de Borja Iglesias. El Betis insiste por el delantero, pero nuevamente el Espanyol se remite a su cláusula de rescisión de 28 millones de euros. Los verdiblancos no están dispuestos a abonar dicha cantidad y han ofrecido al club perico hacerlo en tres plazos. Los blanquiazules no aceptan, mientras que el Valencia está muy pendiente de la situación y tratar de rebajar el precio de la operación con la inclusión de futbolistas.
Más claro, imposible. Después de muchos años, el Espanyol no tiene prisa ni necesidad por vender y los clubes que desean a jugadores de la plantilla perica se topan de frente con la nueva realidad del Espanyol. Atrincherados en las cláusulas.