No ha tenido una buena temporada Carlos Kameni en su primera aventura fuera de España después de aterrizar en el Espanyol en la campaña 2004-05. El portero camerunés, que el pasado verano abandonó el Málaga tras discrepancias con el entonces entrenador del equipo de la Costa del Sol, Míchel, se incorporó como agente libre al Fenerbahçe turco, pero las cosas no han ido como él esperaba. El portero africano tan solo ha jugado 14 encuentros: dos correspondientes a la fase de clasificación para la Europa League, nueve ligueros y cinco de Copa. Ha estado a la sombra de todo un icono en Turquía como es Volkan Demirel.
El hecho de haber tenido tan poca presencia en su primera campaña, la búsqueda de un nuevo cancerbero por parte del cuadro otomano y el interés por hacerse con sus servicios del Al-Shabab podría hacer que Kameni viviera una aventura exótica. Con 34 años, el camerunés está en el tramo final de su carrera y podría plantearse el paso a una liga menor a la que le sobra el dinero y le garantiza un retiro dorado, como ya han hecho varios jugadores de primer nivel.
Kameni tiene contrato hasta 2020 con el Fenerbahçe, pero la entidad turca no pondría pegas a la salida de un futbolista que reforzó al equipo sin pagar traspaso alguno. Más todavía si acaba llegando uno de los metas que tiene en cartera, Kevin Trapp o David Ospina. Ambos deberán salir de sus respectivos equipos ya que mientras el primero, que milita en el PSG, pasará a ser el tercer portero del cuadro parisino con la llegada de Buffon -tendrá por delante al joven Areola, que ya le ha arrebatado la titularidad este curso-, Ospina ya es la tercera opción para el Arsenal tras el fichaje de Leno, meta que peleará por la portería con el veterano Peter Cech. A pesar de ello, el técnico recién llegado al banquillo del Fenerbahçe, Cocu, tendrá la última palabra acerca del futuro de Kameni.
Dilatada carrera
Tanto en el Espanyol como en el Málaga se guarda un gran recuerdo de Kameni. Las brillantes actuaciones del guardameta son añoradas por ambas aficiones.
El camerunés aterrizó en Barcelona el curso 2004-05 procedente del Le Havre francés a cambio de 550.000 euros gracias a su compatriota Tommy N’Kono, entrenador de porteros del Espanyol, que confió en un joven portero de tan solo 20 años. N’Kono lo pulió poco a poco hasta convertirse en uno de los metas del momento, hasta que Pochettino decidió no contar con él tras ocho cursos como perico en los que se alzó con una Copa del Rey. Tras rescindir su contrato firmó por el Málaga, club en el que, después de seis campañas, tuvo que salir por la misma razón que se fue del Espanyol: el entrenador no contaba con él. Tras un brillante paso por LaLiga, las cosas no le han ido demasiado bien en Turquía.
