Dos caras totalmente opuestas está mostrando el Espanyol en las competiciones que está disputando. Mientras que en la Europa League los de David Gallego están viendo puerta con facilidad sumando 16 dianas en cinco encuentros, en LaLiga todavía no han marcado en las dos jornadas disputadas.
Cierto es que, a excepción de un Zorya que metió el miedo en el cuerpo con su gol inicial el pasado jueves, los equipos ante los que se han enfrentado los blanquiazules en competición continental no tienen un nivel demasiado exigente, pero ello nos hace reflexionar con más razón sobre que urge la llegada de un ariete que consiga mejorar el nivel del equipo en los últimos metros contra rivales del torneo doméstico.
Ni contra Sevilla ni frente Alavés el equipo logró batir al meta rival y, lo más preocupante, las ocasiones llegaron a cuentagotas en ambos encuentros. Todo lo que funciona de maravilla en el Viejo Continente no lo está haciendo en la competición que, al fin y al cabo, da de comer a cualquier equipo.
Pese a la sequía en una liga que no ha hecho más que empezar, es innegable decir que este Espanyol tiene pólvora: lo ha demostrado con creces en la atípica pretemporada disputada. Pero sin duda le hace falta un ‘9’ que marque las diferencias y que completaría un ataque que goza de diversas variantes pero que, actualmente, pese a los destellos de algunos hombres de la faceta ofensiva, solo tiene a un hombre gol.
Malas rachas
Demasiado pronto en la competición liguera ha llegado la sequía perica, pero más vale ahora que todavía se puede solucionar acudiendo al mercado que no en medio de la campaña como ha sucedido en otros cursos.
La pasada temporada el equipo solo se quedó sin ver puerta durante dos encuentros ligueros seguidos en una ocasión, mientras que la anterior lo hizo en cuatro. Más grave fue lo que aconteció en la campaña 2012-13, cuando el Espanyol estuvo sin ver puerta dos jornadas seguidas en el torneo doméstico hasta en cinco ocasiones, y dos de las citadas rachas se alargaron a tres encuentros.
Pero la peor de todas de la era Cornellà fue en el primer curso en el coliseo perico, cuando el equipo tuvo cinco rachas de las citadas sin ver puerta. Una de ellas fue de cinco jornadas ‘secos’. Si el equipo no quiere repetir errores del pasado, la dirección deportiva debe poner remedio cuanto antes.