Espanyol y Osasuna cruzarán este domingo sus caminos en la Copa como lo hicieron una única vez hace ya 78 años. Fue concretamente la temporada 42-43, cuando la fortuna de los dieciseisavos de final emparejó a ambos equipos. El partido de ida se celebró en Sarriá y los espanyolistas entrenados por Perico Solé, que debutaba como entrenador perico tras sustituir a Patricio Caicedo una vez acabada una liga aciaga donde los pericos tuvieron que promocionar ante el Real Gijón para esquivar el descenso. Cabe recordar que en aquel tiempo la Copa se disputaba una vez acabada la competición de Liga y tras la misma, la directiva perica decidió dar el mando a Solé, destacado exjugador con ocho temporadas en el club. En el primer partido, celebrado un 25 de abril, se impusieron a los rojillos por 3 goles a 2. Los tantos fueron conseguidos por Olivas, que por partida doble abrió el marcador y deshizo el empate en las postrimerías del encuentro y el canario Gabriel Jorge, el auténtico hombre gol blanquiazul de la década de los 40. En el partido de vuelta, celebrado un 2 de mayo en San Juán, el terreno de juego histórico de Osasuna antes de la construcción del Sadar, Olivas volvería a marcar dejando el marcador en 0 goles a 1 para el equipo perico. La curiosidad de este cruce es que en aquella temporada, era Osasuna quién militaba en la Segunda división del fútbol español, concretamente en el grupo 2 como cuarto clasificado. Ese lugar no daba opción a disputar la competición, pero el equipo navarro ocupó una plaza que dejó vacante un equipo de Tercera.
La historia de los blanquiazules en esa Copa, entonces del Generalísimo, no fue demasiado más allá, pues cayeron eliminados ante el Real Madrid en octavos de final. Tras sendos empates a 1 en Sarriá y a 3 goles en Chamartín se jugó un partido de desempate, ya que no se había incorporado todavía el doble valor de los goles para dirimir la clasificación de los encuentros. El desempate, jugado dos días después en terreno de juego madrileño, arrojó un resultado de 2 a 0 que apeó a los espanyolistas de una Copa que habían ganado tres años antes. Los madridistas llegaron a la final de esa Copa, que perderían ante el Athletic Club con un gol de Gainza, aunque la efeméride mas conocida de esa edición del torneo es sin duda el 11 a 1 que le endilgaron los blancos a los azulgrana en las semifinales, partido conocido como el escándalo de Chamartín.