Esteban Granero se mostró ilusionado y ambicioso en su presentación como espanyolista. El centrocampista ha firmado por tres temporadas más una opcional y tiene un cláusula de 40 millones. «Era una de las prioridades, el jugador ha hecho un esfuerzo importante para estar aquí y esperamos mucho de él», ha explicado Jordi Lardín.
«Estoy muy contento de haber fichado por este club. Gracias a los que han hecho posible que pueda pertenecer a esta maravillosa minoría. Tengo ganas de ponerme a trabajar, sé que los objetivos son altos. El proyecto está en línea ascendente y con mucha motivación me uno», fueron las primera palabras del centrocampista perico. Como todo futbolista lo que quiere es jugar, y más después de su última temporada en Anoeta, por lo que reconoció que “mi idea es aportar lo máximo, pero lo de ser titular es cosa del entrenador. Mi ambición personal es jugar todos los partidos posibles y llevar al Espanyol a cumplir sus objetivos, que por lo que me han dicho son ambiciosos».
Y precisamente el técnico que ha de decidir si juega, es un viejo conocido para el centrocampista de su etapa en el juvenil del Real Madrid, por lo que no escondió que la presencia de Quique en el banquillo ha tenido bastante que ver con su llegada a Cornellà. «Ha tenido bastante importancia, es un entrenador que conozco, siempre me ha atraído su forma de trabajar, su exigencia, es un técnico ambicioso… Viendo la trayectoria del equipo el año pasado entendía que fuese a más». En todo momento el centrocampista se mostró ambicioso y con ganas de empezar a trabajar. Y considera que el estilo de juego perico le beneficia. «Soy un jugador que se puede adaptar a varios estilos y demarcaciones. Los equipos de Quique tiene un estilo de juego que me encaja muy bien».
Pese a que solo lleva cuatro días como perico, el Pirata ya forma parte de la historia del Espanyol al ser el autor del primer gol oficial en Cornellà. “Recuerdo ese tanto con mucho cariño. Nos impresionó el estadio e incluso bastantes compañeros de ese Madrid dijeron que era uno de los campos más bonitos en los que habían jugado. Por lo que se refiere a la celebración también la recuerdo con cariño. Aquel verano fue muy triste para todos los futbolistas (por el fallecimiento de Dani Jarque) y aquí había un sufrimiento muy grande. Mi gesto fue un sentimiento compartido por muchos jugadores. Veo que ese recuerdo sigue vivo y fuerte, y eso me alegra”, concluyó.
