La Diada de Sant Jordi de 1994 se convirtió en un día inolvidable para los pericos. Y es que, el 23 de abril de ese año, el Espanyol cerró su regreso a Primera división tras una goleada ante el Cádiz (4-0) en Sarrià. Y lo hizo a lo grande, ya que además de afrontar el duelo con posibilidades de ascenso lo hacía también con las de ser campeón de Segunda división si conseguían el triunfo. Los de José Antonio Camacho no fallaron y el estadio blanquiazul fue una auténtica fiesta.
“Es una afición sufrida, adicta y legal. Se merecían una alegría como esta tras las decepciones que vivieron el año pasado”, manifestó el preparador perico nada más terminar el enfrentamiento. “Es el día más feliz de mi vida. Estoy orgulloso de ser el presidente de todos vosotros. ¡La afición del Espanyol es la mejor de Catalunya! (…) Camacho es un entrenador fabuloso y espero que siga con nosotros mucho tiempo”, clamó el presidente de la entidad sobre el verde, Francesc Perelló.
Sant Jordi (Lardín)
En un Sarrià lleno hasta la bandera, Jordi Lardín se vistió de héroe ante el Cádiz y, antes de que se cumpliese el minuto diez, había marcado dos goles para poner al Espanyol por delante en el marcador ante el Cádiz. Los dos tantos fueron muy similares, golpeando el esférico en el palo antes de entrar en la portería andaluza. A la media hora, Igor Korneev puso el duelo cuesta abajo para los espanyolistas anotando la tercera diana –tras una gran jugada individual dentro del área– de un choque que cerraría Gregorio Fonseca anotando el definitivo 4-0 en el tramo final.
Con la victoria, el ascenso a Primera división y el título de la categoría de plata en el bolsillo, los grupos del Gol Sur de Sarrià desencadenaron un torrente de euforia y vitalidad que terminó contagiándose por toda la instalación. Cánticos, botes colectivos y una bandera gigante con los colores blanquiazules que corrió por todas las gradas.
Los futbolistas, tras fundirse en una piña sobre el terreno de juego nada más terminar el enfrentamiento, se retiraron a vestuarios para aparecer minutos más tarde y recibir el homenaje por parte del público y de los representantes tanto de las secciones como del fútbol base que se congregaron en Sarrià.
Albert Albesa, hombre importante del vestuario que devolvió al Espanyol a Primera división, recordó a la afición una vez conseguido el objetivo: “Son los mejores. Los seguidores han estado con nosotros en todo momento, cuando hemos estado luchando en Segunda división y ahora que hemos conseguido el ascenso a Primera división. Son increíbles”. Fonseca, autor del cuarto tanto, declaró tras recibir dos puntos de sutura en el labio en la jugada de su tanto que “no pensé que pudiese ser tan grande. ¡Esto es para vivirlo!”.
Lo cierto es que, aunque las circunstancias son muy distintas, el Espanyol de Vicente Moreno quiere vivir una nueva alegría y el Cádiz es la víctima. Llevarse los tres puntos no será fácil, pero lo cierto es que se miden a un rival que, en estas primeras ocho jornadas de LaLiga, solamente ha conseguido ganar un partido.
Yo estuve allí. Tremendo.
Y yo