Tras elevarse a los altares con el ansiado ascenso que materializó hace escasos días en La Romareda, al Espanyol le toca volver a bajar a la tierra para terminar el trabajo. Lo más importante ya lo tiene en el saco, pero ahora hay algunos flecos pendientes que pueden poner la guinda al pastel de la temporada; y eso no es otra cosa que el título de Segunda y que el Pichichi y el Zamora sean pericos. Objetivos que ambiciona toda la plantilla y que hoy, ante el Cartagena, habrá que demostrar sobre el verde. Por ello, ahora toca dejar de lado los festejos para recuperar la ambición.
La presión del duelo será visitante, pues son los pupilos del extécnico del Femenino perico, Luis Carrión, los que se están jugando la categoría. Aunque el papel de favorito, y más actuando de locales, es para un Espanyol que en las cuatro jornadas que quedan para bajar el telón deberá luchar contra la relajación. Saber mantener la tensión es el nuevo reto. Y no solo eso. También tienen en sus manos seguir agradando a una afición a la que le han devuelto la alegría y la emoción. Por ello, acabar con buenas sensaciones es esencial para que el proyecto de la próxima campaña 2021-22, que apunta a estar limitada económicamente, invite aún más al optimismo entre los seguidores blanquiazules.
Habrá rotaciones
Vicente Moreno admitió en la previa de este encuentro que “no habrá cambios porque sí”. Pero que las circunstancias en las que ha llegado parte de la plantilla, con molestias o justos, harán que a partir de ahora algunos menos habituales tengan más protagonismo. Y ese es el caso de Wu Lei. El ariete chino se marchará con su selección y esta, por lo tanto, será la última jornada en que el de Massanassa pueda contar con sus servicios. De ahí a que admitiera que “es muy posible que esté de inicio”. Algo que en Liga, casualmente, no logra desde el pasado 2 de diciembre ante el Cartagena (1-3). Aunque no será el único: “Irán apareciendo más jugadores en función de las circunstancias y lo que es mejor en cada partido”. Pero entre quien entre, quiso dejar claro que “será el mejor equipo posible para ganar” y que en ningún caso habrá una gran revolución. Se irán tocando piezas puntuales para no arriesgar y que nadie caiga lesionado por falta de prudencia. Pues forzar cuando hay algo en juego tan serio como la categoría está más que justificado, pero para lo que resta, no. Quieren terminar lo mejor posible, pero no a cualquier precio o pagando un peaje alto. Y por lo que respecta al resto del equipo que pueda poner en liza, podría ser que en el eje central Calero entre por David López, que viene de tener molestias. Y arriba, Puado podría tener descanso.
Los que seguro que seguirán fuera son Miguelón, que sigue con su puesta apunto tras ser operado del recto anterior de la pierna izquierda, y Raúl de Tomás, aún convaleciente por culpa del coronavirus.
Con el cuchillo entre los dientes
El Cartagena, impulsado por el incombustible Rubén Castro, viene de ganar un duelo vital por la salvación ante el Castellón (1-0) y ese resultado le hizo subir cuatro posiciones y salir de la zona de condena. Quieren creer los pupilos de Luis Carrión, que están solo un punto por encima del descenso, aunque sus guarismos en las últimas jornadas demuestran que son peligrosos. Con la llegada del técnico barcelonés, que en la previa admitía que “nos enfrentaremos al mejor equipo de la categoría y aquí nadie se deja ganar”, han ido a más y por ello seguro que el Espanyol no va a tener un partido placido. Nadie quiere relajaciones ante un cuadro visitante que cuenta con las bajas de Alberto de la Bella y Cristian López, y que únicamente ha ganado tres partidos fuera de casa esta temporada pero llega empujado por la necesidad. Y eso le hace ser peligroso.