El Espanyol tomó un trago amargo de una Copa del Rey que, en teoría, ilusionaba a la plantilla. No por ser un trago ya conocido deja de ser menos amargo, ya que el espanyolismo tiene cierta costumbre en decepciones coperas, su torneo más querido por ser el más conquistado.
La vida anda revuelta y el fútbol canaliza muchas de esas frustraciones que invitan a cohabitar con los extremos, por lo que pasamos de la ilusión a la decepción en un abrir y cerrar de ojos. Eso no es nada bueno, y nos ha pasado en esta eliminatoria de Copa del Rey. De la ilusión previa al partido, en poco tiempo se pasó a una gran decepción. En el Espanyol nunca pasa nada y, si pasa, tampoco pasa nada. Esta célebre frase, serviría para resumir lo que, posiblemente, sucederá después de que bastantes jugadores perdieran una buena oportunidad para reivindicarse. Todo seguirá igual. Fue un baño de realidad.
El técnico del Espanyol, Vicente Moreno, manifestó en la previa que el once inicial sería una mezcla entre los jugadores que estaban teniendo más minutos en Copa del Rey y los que llevaban más en Liga, pero al final faltaron ocho de los titulares en la última jornada liguera ante el Castellón. Pese a ello, el Espanyol salió a llevar la iniciativa. Pero esta sensación duró poco, ya que a las primeras de cambio Osasuna se adelantaba en el marcador.
Todo se complicó pronto
El Espanyol pronto se complicaba el partido. David López perdió un balón en el centro del campo, tras una mala entrega de Óscar Gil, y nadie estuvo contundente para despejar el esférico que acabó llegando a los pies de Javi Martínez. El rojillo controló en el pico del área, se perfiló y con rosca desde la frontal superó a un Oier que, posiblemente, pudo hacer algo más. Osasuna se adelantaba en el marcador con muy poco. Una vez más, un error se pagaba muy caro. El pase a la siguiente ronda de la Copa del Rey se complicaba. Tocaba reaccionar ante un conjunto pamplonica que empezaba a encontrarse muy cómodo con el esférico. Los de Jagoba tenían el partido donde querían, mientras que el Espanyol estaba tocado. Le faltaba velocidad en sus movimientos y, sin claridad de ideas, no creaba peligro en ataque. No fue hasta el 28’ cuando avisó. Un centro de Calero fue rematado por David López, obligando a estirarse a Juan Pérez para evitar el empate. Una acción que podía dar confianza, pero a la que Osasuna respondió a la perfección.
Imperdonable falló defensivo
Un nuevo error del Espanyol, este mucho más grave que el del primer gol, propició el segundo tanto navarro. Fran Mérida botó un córner raso a la frontal del área, Roncaglia, que se anticipó al remate de Óscar Gil, cruzó todo el campo con el balón controlado y acabó dando el pase de la muerte a Kike Barja, para que llegando solo superara a Oier. Los blanquiazules estuvieron muy mal en la cobertura. Fatal. Estaban gestionando el partido de una manera horrible. Aparecían algunos de los fantasmas del curso pasado y se llegaba al descanso con una imagen muy pobre. El pase estaba muy complicado. Casi imposible. El Espanyol, que fue bailado por Osasuna, ni estaba, ni parecía que se le esperaba.
Buscar la remontada, para seguir adelante en la Copa del Rey, pasaba por modificar bastante un once que había decepcionado al descanso y salir con otra actitud. Pero Vicente Moreno no introdujo ninguna cara nueva en la vuelta al césped. Como nada cambiaba, a los 7 minutos entró la artillería pesada: De Tomás, Embarba y Darder. El técnico arriesgaba buscando un gol que les metiera en el partido, pero fue Osasuna el que lo tuvo. Un centro de Jony fue cabeceado alto por David Gallego cuando lo tenía todo para hacer el tercero. Perdonaba la sentencia.
Con un once mucho más normal, Melamed tuvo el gol solo salir. El Espanyol parecía apretar ante un rival que empezaba a ofrecer una versión más conservadora. Se iba asomando a las inmediaciones de Juan Pérez, pero sin crear claras ocasiones de peligro. Y en la más favorable, el remate de RDT se fue a la madera. La acción más peligrosa llegaba en el 89’. Muy tarde para intentar evitar una eliminación que deja claro el mensaje que predomina al club: todo pasa por el ascenso y es lo único que importa. Pero para lograrlo, hay que competir al máximo. No como ante Osasuna.
Espanyol: Oier, Óscar Gil, Calero, Cabrera, Dídac, David López (Darder, 53’), Fran Mérida, Puado (De Tomás, 53), Melendo (Embarba, 53’), Matías Vargas (Nico Melamed, 66’) y Wu Lei (Vadillo, 75’).
Osasuna: Juan Pérez; Roncaglia (nacho Vidal, 66’), Unai García, Raúl Navas, Manu Sánchez, Barja (Rubén García, 84’), Javi Martínez, Torró (Oier, 66’), Jony (Roberto Torres, 76’), Gallego y Budimir (Íñigo Pérez, 66’).
Goles: 0-1, Javi Martínez (9’); 0-2, Kike Barja (30’)
Árbitro: Melero López (comité andaluz): TA: Enric Gallego (34’), Budimir (45’), Óscar Gil (50’), Javi Martínez (51’) y De Tomás (84’)
El Espanyol – Osasuna en La Grada radio: el 0-1, obra de Javi Martínez
El Espanyol – Osasuna en La Grada radio: el 0-2, anotado por Kike Barja