La llegada de la primavera le sentó de maravilla al Espanyol. Sacudirse la modorra invernal produjo una sensación de libertad, felicidad y bienestar en el conjunto perico que volvió a ofrecer una imagen más esperanzadora. Vio la luz tras la tempestad de las últimas semanas. Los blanquiazules necesitaban dar un golpe sobre la mesa y vaya como lo hicieron. Logrando la goleada del curso. Sentenciaron por la vía rápida y disfrutaron sobre el césped en una jornada que todo les salió de cara y que les deja a tres puntos del líder.
Vicente Moreno avisó en la previa del partido que tenía algún jugador con molestias. Y pocas horas antes del partido, se supo que Raúl de Tomás no estaba en la convocatoria. Ante este contratiempo, al igual que ante el Sporting, Dimata entró en la punta de ataque por el madrileño, y el técnico repitió el mismo once que empató en El Molinón.
El Espanyol tenía el control absoluto y llegaba con facilidad. Y en una buena triangulación, Melendo filtró un gran balón para Pedrosa, que rompió por el medio por velocidad, pero su remate lo sacó con el pie Miño. Solo era el minuto seis y el Espanyol ya tuvo una gran oportunidad para ponerse con ventaja en el marcador. Y solo dos minutos después, Dimata avanzó hasta la línea de fondo, pero no acertó al dar el pase de la muerte a Puado y Álex Pérez, muy atento, despejó el balón. Los blanquiazules estaban siendo valientes. Movían el balón con criterio de un lado a otro intentando buscar un espacio por el que sorprender a un Logroñés bastante replegado.
Locura ofensiva
Al Espanyol solo le faltaba acierto en ataque y en cinco minutos se mostraron más efectivos que nunca. En el minuto 22 un centro de Embarba lo remató de cabeza Puado al fondo de las redes, y poco después el asistente superaba a Miño. Melendo vio como el meta visitante le sacaba un disparo, pero fue a por el rechace y se sacó una obra de arte de la chistera. Desde la línea de fondo asistió con el tacón a Embarba que marcó a placer. Y sin tiempo para asimilarlo, Pedrosa hizo subir el tercero al marcador. El lateral internacional probó suerte desde fuera del área y el esférico acabó en el fondo de las redes. En solo cuatro minutos el Espanyol había conseguido los mismos tantos que en su partido más goleador de este curso. En esta ocasión no se conformó con el primero y fue a por más. Llegaba al descanso con el partido totalmente sentenciado y con ocasiones para que la renta fuera más amplia.
El Espanyol siguió dominando en el segundo tiempo, jugando en campo rival, aunque sin ser tan ofensivo como en el primer tiempo. Y en una perfecta contra, Puado asistió a Dimata para que anotara el cuarto. Y en la recta final pudo conseguir una ‘manita’ pero Miño sacó un buen remate de Fran Mérida y Dídac remató al larguero.