Cuando parecía que el marcador ya no se movería apareció Wu Lei. Salió al rescate para darle el triunfo al Espanyol en el último suspiro. Definió a la perfección y con su gol, los pericos recuperaron el liderato. Golpe de autoridad ante uno de los equipos que mejor habían empezado el campeonato y que permite seguir creciendo. Las titularidades se ganan en los entrenamientos, pero sobre todo en los partidos. Y Nico Melamed vio premiado sus buenos minutos en Cartagena con su primera presencia en un once titular. Un equipo inicial en el que la ausencia de última hora de Leandro Cabrera por unas molestias, coincidiendo con que Calero aún no estaba al 100%, propició que David López tuviera que retrasar su posición formando pareja con Lluís López. Y la primera consecuencia de esta modificación fue un doble pivote inédito con Darder y Keidi Bare.
Desde el inició quedó claro que el Espanyol no acusarían este contratiempo. El respeto imperó en los primeros compases, pero después todo cambió. Con el paso de los minutos el Espanyol empezó a tener más posesión, aunque no conseguía llegar con peligro a las inmediaciones de Mariño. El Sporting apostaba por esperar atrás. Cada vez estaba más replegado lo que obligaba a los espanyolistas a intentarlo desde fuera del área. Y ante este panorama Darder, Melamed y Embarba buscaron el gol con remates lejanos.
Monólogo perico
El Espanyol estaba llevando el peso del partido y generando mucho más que en anteriores encuentros, especialmente por la banda izquierda.
Pero el control era estéril y los de Vicente Moreno necesitaban una marcha más para romper el entramado defensivo visitante. Movían el esférico sin demasiada oposición, pero no encontraban el hueco. El juego era un monólogo perico. Los blanquiazules estaban finalizando todas las acciones ofensivas, aunque les faltaba acierto en el remate final y cuando iban entre los tres palos, como el disparo de De Tomás, aparecía el meta asturiano.
Tras un primer tiempo en el que el Espanyol fue superior, la reanudación nos dejó un Sporting más serio. En la vuelta, el ritmo era lento. Y esto hacía que los asturianos se pudieran reordenar en defensa. Las ocasiones de gol se resistían. No había manera. Y en otro remate lejano, Darder tuvo la mejor ocasión hasta el momento, pero Mariño se estiró para desviar el balón.
El premio, al final
Con los dos técnicos moviendo el banquillo, se llegó a la recta final con el partido más abierto que nunca. Era un correcalles. Y en un saque en largo de Diego López, Wu Lei la bajó, De Tomás la dejó con clase al corazón del área y el ‘7’ perico apareció para definir a la perfección. El premio llegaba en la recta final sin tiempo para reaccionar. Y con todo el Sporting, incluso Mariño buscando el empate, el Espanyol salió con todo a la contra para sentenciar. Y Darder lo hizo a placer.