Tras el parón por partidos de selecciones, el Espanyol recibe en su estadio al Valencia CF. El conjunto che, al igual que el Espanyol, ha hecho muchos cambios este verano. Nueve bajas, entre ellas las del Carlos Soler y Gonçalo Guedes, y nueve altas, además de la incorporación del nuevo entrenador, Genaro Gattuso que afirma que “era impensable que en dos meses jugáramos así”. El cuadro valenciano llega al RCDE Stadium habiendo sumado nueve puntos en seis jornadas. Como veremos, este Valencia CF tiene poco que ver con el Gattuso jugador; el italiano, como míster, es otro.
A lo largo de este inicio de liga, el Valencia CF ha partido de un 1-4-3-3 o un 1-4-2-3-1. Siempre con una línea defensiva formada por dos centrales y dos laterales, un mediocampo que juega a tres alturas distintas independientemente del esquema, dos extremos a pie cambiado y un delantero centro.
Así pues, la alineación tipo que presenta Genaro Gattuso es la siguiente: Mamardashvili; Correia, Cömert, Diakhaby, Gayà; Guillamón, Nico o Ilaix, Almeida o Musah; Samuel Lino, Samu Castillejo y Edinson Cavani. Las dudas aparecen en el mediocampo donde ha habido bajas por sanción y/o lesión a lo largo de las primeras jornadas y no queda claro quién parte con ventaja.
Al Valencia CF, en este inicio de liga, pocas veces lo hemos visto sin balón, pues es el segundo equipo del campeonato que promedia un porcentaje de posesión más alto (61,7 por ciento). Sin embargo, hay que iniciar el análisis estudiando aquellos momentos en los que no tienen el balón.
Se caracteriza por hacer una presión muy alta, forzando al rival a jugar en largo y recuperar ganando el duelo con los centrales o enjaulando a aquellos rivales que consigan jugar por dentro. Raramente, veremos al equipo de Gattuso hacer una presión hombre a hombre como la que hizo el Espanyol ante el Real Madrid. Consiste en ser un bloque en el que se aprieta al poseedor del balón, se referencia a los cercanos a este y los alejados ocupan posiciones intermedias para recuperar los malos pases forzados y evitar que te giren el juego. Una vez les superan esta presión, intentan seguir defendiendo a muchos metros de su portería y hay espacios a la espalda de los defensas, punto débil. Cuando consiguen robar el balón en campo propio, si hay grandes espacios juegan el contraataque, pero lo normal es que mantengan la posesión para iniciar su ataque posicional. Aunque esta situación se da poco. De hecho, es el segundo equipo, solo por detrás del FC Barcelona, contra el que menos toques realiza el rival en el tercio del campo más próximo a la portería del Valencia CF.
Cuando el conjunto ‘ché’ tiene el balón no suele modificar la estructura. Suele mantener el 1-4-3-3 o el 4-2-3-1 en función de las opciones que necesiten en la salida de balón. El objetivo es superar la primera línea de presión con pases entre los centrales y el pivote para que este, Hugo Guillamón, que es clave en esta fase del juego, filtre a un receptor como Yunus Musah o André Almeida o lo que es más común, pase al balón a los laterales para que ellos lo lleven al último tercio de campo. Es cierto que cuando se presiona al equipo de Genaro Gattuso, especialmente los centrales, cometen errores y proporcionan ocasiones de gol claras. Todo sea dicho, con la entrada de Edinson Cavani al once, lo normal es que valoren jugar en largo antes que arriesgarse de más.
Una vez superada esta primera presión, es un equipo muy vertical que trata de conectar con sus hombres de banda para generar situaciones de uno contra uno a sus extremos o centros de sus laterales. Del primer caso sacan mucho provecho. El Valencia CF es el equipo de LaLiga que más ocasiones de gol ha generado con los regates, hasta 18 veces. Además, Samuel Lino y Samu Castillejo lideran junto a Rodrygo Goes la tabla individual de esta métrica con cinco ocasiones cada uno. En el segundo caso, suele venir a apoyar uno de los interiores para conseguir que dos buenos centradores como Gayà y Correia centren con más espacio a un área cargada por el delantero y el extremo y el interior del lado contrario. Eso sí, lo hacen desde tres cuartos del campo en vez de desde línea de fondo, aparte de porque su buen golpeo se lo permite, porque así acaban la jugada con más jugadores por detrás del balón.
Esto último es clave para poder realizar una buena presión tras pérdida, ya que el rival tiene que superar a más jugadores para llegar a la portería. El Valencia CF intenta recuperar lo antes posible y para eso son clave Guillamón y sobre todo los dos interiores que se activan muy rápido en la presión tras pérdida. Finalmente, si les superan, repliegan dejando muchos espacios a los costados de la defensa por tratar de cerrar el carril central que al fin y al cabo es el más peligroso.
En las acciones a balón parado, es un equipo que ha marcado dos goles y ha recibido tres. La teoría de los expected goals (goles esperados) asegura que según las probabilidades de gol de los tiros a favor y en contra en estas situaciones del partido, deberían haber marcado 2,58 goles y concedido 2,64.
¿Qué hará Diego Martínez?
Quedan las dudas de si el Espanyol volverá al sistema de cuatro defensas o seguirá con este de tres centrales y dos carrileros. Lo que está claro es que Diego Martínez debe reforzar las bandas ante el peligro de ‘los Samus’ y sus laterales, el caso es si decidirá evitar el uno contra uno que buscan sus extremos con la ayuda de un tercer central o lo hará con la de los extremos.
Con el 1-5-3-2, el Espanyol tiene dos puntas para presionar y tratar de forzar un error en salida de balón del Valencia CF, iguala fuerzas en el mediocampo y tiene las ayudas al lateral del tercer central. Además, siendo Joselu un delantero poco autosuficiente, pedirle mucho sacrificio defensivo a sus jugadores de banda es aislarlo y tener muy poca amenaza ofensiva.