En las últimas semanas hay una palabra que resuena por encima de todas en el espanyolismo: ascenso. El futuro del Espanyol pasa por volver a Primera al final de temporada y por eso se ha encomendado a todo un especialista en este aspecto: Vicente Moreno. Seguramente el mejor para este reto. El técnico de Massanassa (Valencia), que ha firmado por tres temporadas, tiene una carrera deportiva marcada por los ascensos. Tanto en su etapa de jugador como de entrenador. En sus últimas siete temporadas ha logrado tres ascensos y ha estado muy cerca de otros dos. Un factor que ha sido muy importante a la hora de que el Espanyol se decidiera por él. Además, antes de colgar las botas consiguió subir de categoría dos veces más.
Con este palmarés, a priori, la elección se antoja acertada. Y más al tratarse de un técnico con una gran experiencia en Segunda, donde acumula más de 450 partidos durante su etapa de futbolista y los que lleva como entrenador. Pese a ser un especialista en ascensos, sabe que el objetivo será complicado, ya que la Segunda división cada vez es más disputada. Pero no quiere fallar. Está ante el que sea, seguramente, el reto más importante de su carrera y quiere liderar al equipo en su vuelta a Primera. Que el paso por el infierno sea de un solo año.
Vivió un ascenso histórico
Vicente Moreno dio sus primeros toques al balón en su pueblo natal y pasó por las canteras del Levante y el Valencia. Pero fue en Jerez donde desarrolló su carrera como futbolista profesional. En el Xerez CD jugó 11 temporadas y logró dos ascensos, uno a Segunda división y otro a Primera, el único en la historia del club andaluz. En el segundo lo hizo como capitán y marcó uno de los goles decisivos para alcanzar el sueño. Moreno fue uno de los héroes al anotar el primer gol ante el Huesca (2-1) que sirvió para que el conjunto andaluz pudiera debutar en Primera al año siguiente. Ocho años atrás, ya había subido a Segunda con el conjunto jerezano. Y su tercer ascenso ya llegó como técnico. Tras un año en Tarragona, en el que acarició subir tras diez victorias consecutivas, en el siguiente ascendió a Segunda y uno después se quedó a un paso de subir a Primera. Acabó tercero y en la promoción de ascenso fue eliminado por el Huesca.
Moreno es un técnico ambicioso y metódico. Con carácter. No tiene problema en darle un tirón de orejas a la plantilla si se lo merece. Y no le tiembla el pulso si ha de expulsar a alguien de un entrenamiento porque no está rindiendo. Los que le conocen dicen que es una persona cercana, a la que le gusta controlar todo lo referente a la plantilla. Sabe muy bien lo que quiere y no tiene problemas en dar un paso atrás, bajando de categoría, para coger un proyecto que le atrae. Tras dos años increíbles al frente del Nàstic, la tercera temporada no salió como esperaba y a mitad del campeonato fue cesado. Esto le sirvió para aprender, coger aire fresco y afrontar un nuevo reto en Mallorca.
En el verano de 2017 asumió la responsabilidad de dirigir al Mallorca en Segunda B, desde donde le llevó a Primera. Y seguramente lo hizo porque es un técnico al que le gusta el reto de los proyectos largos. Igualado con los bermellones lo que había hecho con los catalanes, el objetivo era lograr dos ascensos consecutivos. Y lo consiguió. Acabó el campeonato quinto y en el play-off se impuso primero al Albacete y después al Deportivo tras remontar en la vuelta. Y este curso en Primera ha tenido hasta 12 jugadores que ya estaban en la plantilla en Segunda B.
Su trayectoria como técnico, y más aún como jugador, demuestran que no suele tener prisa en cambiar de equipo y, aunque ahora puede parecer que no sea así al dejar Mallorca, ya llevaba tres años, y había hecho historia en el club bermellón.
Un 4-3-3 flexible
El nuevo técnico espanyolista suele apostar por un 4-3-3 flexible según las situaciones y los partidos. En su última experiencia en Segunda, el Mallorca destacó por ser un equipo seguro en defensa, rápido y con un fútbol vertical en ataque. Una de las características de sus equipos son los puñales por las bandas, donde Embarba debe tener un papel destacado; el pivote en el centro del campo, lugar que podría ser para David López si sigue; y laterales con recorrido como podrían ser Víctor Gómez y Adrià Pedrosa. Arriba, un 9 puro, precisamente una de las posiciones que en estos momentos no está nada clara en el Espanyol.
Vicente Moreno llega al Espanyol con su equipo de confianza, ya que le gusta trabajar con gente con la que se entiende. “Rodearte de buena gente y válida, que te ayude a ser mejor, es una de las claves del éxito que he vivido”, reconoció durante su etapa en Mallorca. Y así llega al RCDE Stadium con su cuerpo técnico: Dani Pendín, segundo entrenador, y Dani Pastor, preparador físico. Respecto a su segundo, manifestó en un entrevista a Marca que “ya nos complementábamos muy bien como compañeros y ahora también en los banquillos. Tenemos un gran cuerpo técnico, son tan buenos que me hacen parecer mejor de lo que soy”.
Y no se descarta que les pudiera acompañar algún jugador de la actual plantilla del Mallorca, como cuando aterrizó en las islas Baleares y, poco después, firmaron hasta seis jugadores que había tenido en el Nàstic de Tarragona. De momento, los nombres de Valjent, Budimir o Baba, que han ofrecido un buen rendimiento con él, ya se han relacionado con el Espanyol.