Un nuevo gol de Gerard Moreno salvó al Espanyol. Una frase que comienza a ser habitual, de la misma manera que hace unos años lo era pero cambiando al protagonista por el nombre del máximo goleador catalán de la historia, Raúl Tamudo. El de Santa Perpètua de Mogoda sumó en Balaídos su décimo gol en la competición de la regularidad, el 47% de las dianas que consigue el Espanyol en liga, 21 en total. Unos números que hablan por sí solos y que dicen mucho de la gran importancia del delantero en el equipo.
Desde que Gerard Moreno regresó al Espanyol procedente del Villarreal hace tres campañas ha anotado 33 dianas entre liga y Copa del Rey, competiciones en las que el club suma en el mismo periodo 123 tantos. Eso significa que la incidencia del atacante perico en los goles blanquiazules es muy alta, puesto que ha marcado el 26% de los tantos del equipo en este periodo.
Pero Gerard Moreno no solo son goles. Es rabia, casta, fuerza, no darse nunca por vencido, amor a unos colores. Es el alma del equipo. A pesar de que ante el Celta no jugó el mejor de sus encuentros, volvió a ser protagonista con un gol de auténtico crack. En cada encuentro deja una muestra de su gran clase y de su compromiso con un equipo al que lleva en el corazón. El ‘7’ perico ha rehuído el interés del Villarreal por volver a contar con sus servicios, se ha partido la cara por la camiseta blanquiazul y la única vez que ha estado a punto de perder los papeles fue por un gesto de un rival hacia una afición a la que le tiene el corazón robado. ¡Cuánto echábamos de menos a un jugador como Gerard!
Sentimiento blanquiazul
Todo lo que se diga de Gerard Moreno es poco. El único jugador de campo que acumula todos los minutos de la presente liga -nada más y nada menos que 2.070- no da síntomas de agotamiento. A su virtud goleadora añade una innegable calidad y un sentimiento de pertenencia a un club que desde pequeño le enseñó unos valores que lleva por bandera. Defiende y ataca por y para el Espanyol. Un perico de cuna de esos que, si no se dedicara a esto del fútbol, sería un seguidor de esos que viven y mueren por la blanquiazul.
Pero Gerard es futbolista, y qué futbolista. El atacante perico sueña con llegar lo más lejos posible con el club de su vida y con hacer su debut con la selección, lo que sería el primer paso para jugar el Mundial. Los seleccionadores son poco dados a introducir novedades en sus convocatorias y, a pesar de los constantes mensajes que Gerard Moreno le manda en forma de actuaciones estelares, Julen Lopetegui sigue mirando hacia otro lado. No hay más ciego que el que no quiere ver.
