La derrota en Valladolid devolvió el pesimismo al espanyolismo, aunque con el paso de los días los ánimos han ido mejorando. En el José Zorrilla se tocó fondo a 13 jornadas para el final del campeonato. Se desperdició una gran oportunidad para ponerse a dos puntos de la salvación y meter a un equipo más en la pelea. Como en tantas ocasiones durante este curso, se falló cuando más necesaria era la victoria. Con la salvación a cinco puntos (la distancia más amplia en lo que llevamos de curso), a falta de tres meses para finalizar el campeonato, el Espanyol debe empezar a sumar de tres para revertir una situación complicada, ya que la permanencia se antoja más difícil que nunca. Pese a que ha tenido oportunidades para hacerlo, ha sido incapaz de abandonar el farolillo rojo de la tabla, algo que hubiera dado un poco de confianza para seguir en la pelea por salir del descenso. Por eso, urge que la remontada empiece ya esta semana. No queda otra que luchar, luchar y ganar. El equipo no puede ponerse límites, ha de ir a por todas en cada partido y la afición debe seguir como hasta ahora y soñar con la salvación, porque cuanto más sueñas, más lejos llegas.
La semana empezó con una reunión entre la plantilla y la dirección deportiva en la que se conjuraron para revertir la situación, y con mensajes de la afición manifestando que ella no fallará. Se ha mandado un recado de unión y de convencimiento en que se logrará el objetivo, pero para ello hay que remar todos en la misma dirección.
Al conjunto de Abelardo le queda un auténtico calvario hasta final de temporada y lo primero que debe hacer es recuperarse anímicamente, ya que los dos golpes sufridos la semana pasada han hecho mella en el vestuario. Toca levantarse de nuevo y recuperar el efecto Abelardo, que parece haber quedado algo tocado tras el grave tropiezo sufrido en Pucela. Las sensaciones tras la última derrota no son muy positivas y se han encendido todas las alarmas. Y para cambiarlas, el equipo debe salir a morder en todos los duelos que quedan desde el minuto uno. No queda otra. El único camino pasa por salir a muerte en cada partido y jugarlo como si fuera el último. Con actitud, la salvación es posible, sin ella, cada vez será más complicada.
Marzo, un mes clave
Pese a que el calendario de este mes no es sencillo, no hay excusas y hay que salir a ganar en todos los partidos. Para empezar, la final de este domingo marcará aún más el camino en esta recta final de campeonato. Un triunfo permitiría recuperar la esperanza, mientras que lo que no sea sumar los tres puntos sería aumentar la crisis y complicarse más la permanencia.
Tras enfrentarse al conjunto colchonero, el equipo visitará Pamplona (domingo 8 de marzo a las 12.00h) para medirse a un Osasuna que se encuentra en la media tabla y que querrá lavar la imagen que ofreció esta pasada jornada contra el Granada ante su afición (0-3). Tras estos dos encuentros, tocará volver a jugar en casa ante el Alavés en uno de esos partidos que se han de ganar por lo civil o lo criminal. Esta semana el conjunto vitoriano visita el campo del Leganés, mientras que en la siguiente jornada recibirá al Valencia. Y para acabar el mes tendrá toda una prueba de fuego al visitar el campo de la auténtica revelación de la temporada, el Getafe. Tres días antes de ese duelo, que significará el regreso de Leandro Cabrera y Josep Maria Durán al Coliseum Alfonso Pérez, los madrileños jugarán la vuelta de los octavos de final de la Europa League.