El triunfo ante el Sevilla se cobró dos ‘víctimas’ de cara al derbi, aunque por suerte no por lesión, sino por sanción. Este es el caso de Álvaro González y Óscar Duarte, que no pudieron evitar ver la quinta amarilla. Dejando este desafortunado lance al margen, ambos finalizaron el encuentro felices. Igual que el resto de sus compañeros, respiraron tranquilos. Es más, el de potes incluso lloró, demostrando así que la presión que han soportado no es poca. “Nuestro futuro y el de nuestra gente pasa por quedarnos en Primera. La afición no se merecía este sufrimiento y solo podemos dar gracias a toda la gente por apoyarnos en un partido como éste. Hemos dado un paso de gigante, pero hasta que no estemos matemáticamente salvados hay que seguir trabajando”, apuntaba un Álvaro que de ningún modo pudo esconder el hecho de estar “fastidiado. La tarjeta me ha dejado muy tocado en los últimos minutos, porque no puedo jugar contra el Barça y no podré ayudar a cerrar la permanencia en el Camp Nou, pero confío plenamente en mis compañeros y que el que juegue lo dará todo para conseguirlo”. Y finalmente, estando ya casi en la meta, el ‘22’ perico echó la vista atrás y explicó que “lo hemos pasado muy mal. Hemos pasado por momentos muy difíciles, parecía que nunca podíamos estar tranquilos. Hemos sido muy intermitentes”.
Por su parte, Óscar finalizó el choque apuntando que “estamos muy contentos por este triunfo que ya nos merecíamos. Se lo dedicamos a toda la afición que nos ha apoyado. Ojalá que sigamos por este camino y nos acostumbremos a ganar”. Además, el internacional costarricense reconoció haberse quitado un peso de encima: “Hemos ganado un partido importante, que es algo que veníamos buscando. Ahora nos quedan dos partidos más en los que trataremos de lograr buenos resultados”.