Mario Hermoso celebró, en Balaídos, su segundo gol oficial con la camiseta del Espanyol. El madrileño, que no disputaba un encuentro de liga desde el pasado 28 de abril, debutó en la era Rubi en el once inicial frente al Celta.
El defensa, que anotó su primer tanto como perico en Butarque frente al Leganés, no guarda un buen recuerdo de aquel día. Además de marcar, se introdujo el esférico en propia puerta hasta en dos ocasiones.
Aquel partido, además, fue determinante para que Quique Sánchez Flores dejara de apostar por él y pasara de ser un indiscutible a no entrar ni en las convocatorias.
Con Rubi en el banquillo ha cambiado su suerte; y, además de celebrar su segundo tanto con la camiseta del Espanyol, Hermoso volvió a disfrutar del fútbol sobre el terreno de juego.