Su salida fue meteórica, cuestión de 24 horas. Incluso disputó el primer partido de Liga ante el Almería. Durante una temporada fue el gran pulmón perico. Su deseo era seguir vistiendo la blanquiazul. Pero al interés de Rafa Benítez se unió la imperiosa necesidad espanyolista de hacer caja. Era necesaria una venta y David emprendió viaje de su querido Sant Cugat a la aventura napolitana. De la tranquilidad del Monestir a la vida frenética de una ciudad que vive pasionalmente el fútbol, Al amparo del gigante Vesubio. La llegada no fue nada fácil, pero con su perseverancia ha ido superando pruebas, como logró en Terrassa, Leganés, Huesca y Barcelona. Desde su aterrizaje en el calcio, David es titular indiscutible y pieza fundamental en el esquema de Rafa Benítez. Supercampeón de Italia, semifinalista de Copa y tercero en el Calcio. Y en medio del bullicio napolitano, la residencia familiar, con vistas al Mediterráneo, respira espanyolismo por las cuatro esquinas. Ahora vibra con la semifinal ante el Athletic. Y con la de su squadra ante la Lazio. Son declaraciones para LA GRADA y RADIO MARCA BARCELONA.
Porque su deseo, David, era seguir en el Espanyol. Que la gente lo tenga muy claro!!
Seguro. Esa era la única realidad. Me hubiera gustado continuar, como mínimo, otra temporada más. Estaba a gusto, con una vestuario muy unido y ante un proyecto ilusionante, liderado por gente de la casa. Pero al final, el club necesitaba una venta y yo tuve la oportunidad de recalar en una entidad de primer nivel europeo. Todos salimos ganando. Era complicado decir no. Hoy volvería a dar idéntico paso.
¿Le dolió dejar un proyecto que califica de ilusionante?
Lo vi muy claro desde el primer entrenamiento en Garós. Teníamos una buena base de la temporada anterior, pero vi rápidamente que los nuevos fichajes aportaban mucho, eran jugadores muy buenos. Ahora, por ejemplo, todo el mundo habla maravillas de Lucas Vázquez. Le puedo asegurar que en las primeras sesiones de pretemporada ya se le veía una enorme calidad y un espíritu de lucha increíble. Es un jugador que llegará muy lejos. Pero por encima de todo, me sentía identificado con un proyecto marca de la casa y liderado por un entrenador que conoce perfectamente la entidad.
Hábleme del trabajo de Sergio González.
Estoy alucinado con la progresión del equipo. Sabía que este cuerpo técnico haría un gran trabajo. El equipo está a un nivel altísimo y creo que todavía tiene margen de mejora. Los resultados tenían que llegar a la fuerza, era cuestión de paciencia y de tiempo. Me alegro que, pese a un inicio irregular, se confiara en Sergio y en el resto del cuerpo técnico. Los nuevos conceptos requieren tiempo y prudencia para asimilarlos. Pero en el vestuario se percibía que ese era el camino acertado. Sergio fue un futbolista excepcional y transmite ese espíritu competitivo en cada entrenamiento. Sabe tratar al jugador y manejar un vestuario.
No se olvida nunca del trato que le dispensó la grada perica.
Les debo gran parte de lo que soy. No les olvido. Espero volver algún día al Espanyol para retornarles tanto cariño, ojalá sea posible. Me hubiera gustado despedirme en el campo, para agradecerles su apoyo. Es una espina que todavía llevo clavada. Pero la operación se cerró en un fin de semana y tuve que volar a Nápoles para pasar el reconocimiento médico. Les remití una carta cargada de emoción, ese fue mi sentido mensaje. Siempre les estaré agradecido.
Usted, David, se ganó el cariño tras una fantástica temporada. Su rendimiento fue espectacular. La grada se identificó mucho con su esfuerzo y entrega en el campo.
Mi intención fue darlo todo y vaciarme por esa camiseta. Al Espanyol lo llevo en el corazón, allí crecí como jugador y como persona. Me permitió debutar en Primera División y tener continuidad. El apoyo de los pericos fue vital para mi progresión. Ahora estoy muy a gusto en el Nápoli, tengo cinco años de contrato y disfruto de una nueva cultura, otra liga, juego competición europea, he ganado la Supercopa italiana, ante la potentísima Juventus, con un presupuesto mucho mayor que nosotros. Son situaciones y emociones que te hacen madurar. Aún así, jamás tendré un no para el Espanyol y, de hecho, espero volver algún día.
¿Qué momento emotivo destacaría de su etapa perica?
Tengo muchos… Pero no olvidaré mi gol ante el Valencia, el primero en la máxima categoría. Teníamos un gran rival enfrente y con aquel cabezazo iniciamos la remontada. Una noche para el recuerdo en el Estadio y con nuestra gente.
Hablando de la afición. Sabe que la Copa del Rey ha disparado la iusión por el equipo. Toca semifinal ante el Athletic.
Confío en la plantilla. Veo a un Espanyol favorito, están en clara línea ascendente y lo deben aprovechar, están jugando a un gran nivel. Sergio está dosificando muy bien a la plantilla en general, si bien hay jugadores que están disfrutando de muchos minutos y mantienen una regularidad admirable.
¿Se refiere a Cañas, su sustituto en el equipo?
Su rendimiento y adaptación ha sido espectacular. Seguro que mi ausencia no se nota. Cañas casi no descansa y aporta mucho trabajo al equipo. Lo mismo que Victor Sánchez y Abraham. Esa zona que ocupé, en el medio campo, está muy bien cubierta. Álvaro y Sergio también lo están jugando casi todo.
Le veo muy informado de su ex equipo.
Naturalmente. Les sigo por telelevisión. No me pierdo un partido, salvo los que coinciden con los viajes o partidos del Napoli. Hablo mucho del Espanyol con Callejón, que guarda un grato recuerdo de su etapa en Barcelona. Ahora, con la ilusión de la Copa del Rey, es uno de nuestros temas favoritos. También mantengo contacto telefónico con algunos excompañeros, en especial con Fuentes, que era mi compañero de habitación y con quien conservo muy buena relación.
Sergio García sigue aportando calidad y liderazgo al grupo. Está en el mejor momento de su carrara.
Por supuesto. Lo del capitán es para sacarse el sombrero. Su implicación, sus goles, las asistencias que se saca de la chistera. Está en un momento muy dulce y es el alma del equipo, el líder que tira del carro. Los dos Sergios son determinantes, son los líderes, uno en el césped y otro en el banquillo.
En Napoles, los tiffosi están encantados con su rendimiento.
No me puedo quejar. Y créame que no lo tuve nada fácil. Llegué en un momento complicado, con el equipo eliminado de la Champions y con resultados negativos en el calcio. Además los aficionados esperaban un fichaje mediático. Se habló mucho de Mascherano y de fichajes de jugadores consolidados. Tuve que luchar contra todas las críticas y he salido adelante, sobre todo gracias al apoyo de Andrea, mi esposa, que en los momentos más complicados siempre me animó. Luego, todo ha venido rodado. Ganamos la Supercopa de Italia ante la Juve, somos terceros en la liga y ahora volveremos a jugar la Europa-League, ante el Trabzonspor. Y, como el Espanyol, también estamos en semifinales de la Copa. Nos mediremos a la Lazio, a doble partido, primero en Roma. Espero que Espanyol y Nápoles lleguen a la final.
Su adaptación al Calcio ha sido meteórica.
Los compañeros me han ayudado mucho para integrarrme en el club y en esta fantástica ciudad. Tenga en cuenta que en el vestuario se habla nuestro idioma. El cuerpo técnico, el grupo de españoles, argentinos, colombianos, uruguayos… Tenemos un profesor de italiano que nos aprieta para expresarnos en su idioma en ruedas de prensa, entrevistas y demás. Pero entre nosotros hablamos español, salvo las charlas del míster, que siempre son en italiano. Pero, en general, todo genial, la ciudad, me encanta la gastronomía, sus postres, los antipasti… muy bien, de verdad.
San Siro, San Paolo, Olímpico de Roma… Escenarios donde de niño siempre sueñas con jugar.
Es una pasada el ambiente y la presión de la grada. Vale la pena vivirlo. En Nápoles, por ejemplo, la gente vive por y para el fútbol, por la calle, en los bares, restaurantes, se habla de fútbol constantemente. Es pura pasión. Nuestra afición es increíble. Sólo piensan en el equipo y en animar. En el estadio más lejano del norte de Italia, tenemos seguidores napolitanos. Es algo sublime.
Y de la Selección Española, ¿hablamos?
Me queda lejos. Todo jugador quiere llegar a ser internacional, es una ilusión muy especial. Lo acabo de vivir con Callejón. Pero en mi caso, no es una prioridad. Trabajo en el Nápoles para llegar lo más lejos posible. Ojalá algún día pueda conseguir la convocatoria internacional. También le digo una cosa, en mi posición hay unos jugadores fantásticos y muy asentados en La Roja. Será complicado pero lucharé por ello.