El pasado viernes se anunció el adiós de Javi López después de trece años en el Espanyol, los cinco últimos como capitán. Había renovado hasta 2021 antes de finalizar la temporada pasada, pero las circunstancias provocaron un giro de guion. Con la también rescisión de contrato de Víctor Sánchez se confirmaba el fin de una era, un cambio de rumbo en las entrañas del club. Este lunes, en el auditorio Juan Segura Palomares, el ya ex capitán blanquiazul tuvo la oportunidad de despedirse, vía telemática, del club en el que ha pasado toda una vida.
Se empezó a emocionar el lateral cuando el consejero delegado, José María Durán, le decía que ya forma parte de “la historia” y que es uno de “los hijos” del Espanyol. Y que, como todo hijo, “dan disgustos y alegrías, pero los quieres”. Durán insistió en que deja “toda una trayectoria” repleta de “momentos duros, momentos felices, toda una vida profesional”. Dijo que debn estar “felices” de recordar a una persona que “lleva mucho en el club”. El consejero también le abrió la puerta a unirse al club en un futuro próximo. En la primera fila del auditorio estaban el consejero Mao Ye, el director deportivo, Rufete, el ex delegado José María Calzón, el responsable del área social, Albert Ariza y su ex compañero y amigo, Joan Capdevila, entre otros. A ellos se dirigió para empezar Javi López: “Sabéis el aprecio que os tengo”.
Y antes del turno de preguntas quiso aclarar un tema que ha traído polémica en las últimas fechas: el de la ausencia de jugadores de la primera plantilla en el homenaje a Dani Jarque en el undécimo aniversario de su muerte. “Se ponía en duda mi compromiso y no lo voy a permitir nunca. El respeto a la figura de Dani Jarque es incuestionable. Si no estuvimos fue porque no se dieron las circunstancias por temas del coronavirus. El respeto que nosotros tenemos a su figura y su familia es incuestionable”, dijo.
Luego continuó, ya en el turno de preguntas, para decir que “lo más grande de este club es su afición, las personas que lo componen desde dentro”. Y explicó cómo vivió “desde dentro” el “ver cómo íbamos hacia abajo y no conseguíamos salir y, por más que intentáramos, desde todos los ámbitos, no conseguíamos dar con la tecla para llevar al Espanyol a la salvación. Y se consumó con un descenso muy duro”. Afligido, aseguró que “solo” su familia “sabe” lo que ha pasado. Aunque invitó al optimismo: “Nos levantaremos con más fuerza”.
En los últimos días ha recibido “infinidad de mensajes y muestras de cariño” que no sabría escoger con cuál quedarse y cómo describirlas. Tras pensarlo, dio con una adecuada: “‘Cuando uno da todo lo que tiene, no se le puede pedir más’. He dado lo mejor de mí, muchas veces he antepuesto el club a mi familia y no me ha llegado con eso. Pero me quedo con el global de trece temporadas”.
Tanto a Javi López como a Víctor Sánchez se les ha acusado de no dar la cara en este tramo final de temporada que llevará al equipo a Segunda 26 años después. Y ante esta cuestión, el lateral responde: “Hemos vivido una pandemia que está siendo desoladora para infinidad de familias. Siempre que hemos tenido que dar una conferencia, rueda de prensa, entrevista flash que se nos ha pedido, hemos estado ahí. El día del Camp Nou nos saltamos los protocolos de LaLiga porque un jugador que no juega no puede salir y salí como capitán y pedí perdón a la afición. Aunque no nos habría gustado llegar a ese momento, ahí están los hechos. Hemos dado la cara siempre que se nos ha pedido. El covid restringió entrevistas y hemos sido los primeros que hemos estado ahí y yo icluso personalmente no he tenido problema en contestar a aficionados en redes o por la calle”.
El ex capitán no se podría quedar con un único momento de su etapa como jugador del Espanyol porque “hay tantos”. Pero sí recordó, por ejemplo, un gol en Cornellà contra el Valencia en su segunda temporada en el que intentaba hablar con su compañero Ernesto Galán y “no escuchaba mi voz”; los recibimientos de la afición como en los derbis o contra la Real Sociedad antes de la clasificación a Europa, o las pancartas de la Penya Juvenil y la presencia de la Curva en los entrenamientos. Y repitió, secándose las lágrimas, que “lo más importante del Espanyol es la afición y las personas que trabajan para hacer un mejor Espanyol”. Volvió a quebrarse cuando admitió que “el Espanyol a mí me lo ha dado todo. Y todo es todo. He tenido la oportunidad de formar una maravillosa familia porque he tenido estabilidad”.
“El privilegio y el orgullo de haber vestido esta camiseta es lo más grande que me llevo. Sobran las palabras. Siempre se lo digo a mi mujer, a mis padres, a mi hermano, que ni en tres vidas que yo viviera podría devolver lo que me ha dado el Espanyol. Mis sueños de infancia los ha superado con creces. No voy a negar la parte crítica, pero el cariño recibido y, sobre todo, estos últimos días, nadie se puede hacer una idea… me gustaría quedarme con todo esto. El final ha sido con un mal sabor de boca, pero me voy feliz de haber vivido una gran historia pero con el mal sabor de boca de no haber dejado al Espanyol donde toca será una espinita de por vida”, dijo.
Paró, bebió agua y tendió la mano al club: “En el momento que salga por esta puerta el Espanyol me va a tener, siempre estaré, y he estado, disponible. El Espanyol es mi casa y así lo siento. Lo he defendido como si fuera mío y lo siento”. Para acabar, y antes de recibir una camiseta con el número de partidos oficiales disputados como perico (283) y una insignia de oro, dijo de nuevo: “Eternamente agradecido. Este club es lo más importante de mi vida, lo pongo a la altura de mi familia”. Aunque no quiso acabar la rueda de prensa sin un mensaje para su esposa, quien ha estado junto a él en muchas noches sin dormir: “Gracias. Sin ti no habría superado todos los momentos malos”.