Si hace un mes unos 3.000 pericos se desplazaron hasta Villarreal para animar al equipo en un importante partido liguero, ayer volvieron a estar muy presentes en el viaje europeo. Más de 1.200 espanyolistas no se quisieron perder el encuentro de ida de los dieciseisavos de final de la Europa League ante el Wolverhampton y se dejaron la garganta para hacerse notar en el Molineux Stadium.
Ni el intenso frío frenó a la afición perica que volvió a hacer un desplazamiento masivo para estar al lado de su equipo, en una competición que siempre ha ilusionado.
Gran ambiente
La afición espanyolista tenía ganas de viajar con el equipo por Europa y el martes ya se dejaron ver los colores blanquiazules por distintas ciudades inglesas, ya que viajaron a destinos distintos, pero con un final común: Wolverhampton.
Los pericos llegaron al partido desde Londres, Birmingham, Manchester, Liverpool… y durante todo el jueves hubo un gran ambiente con los colores del Espanyol luciendo por la ciudad. La hinchada estaba con muchas ganas.
Pese a que muchos reconocían su preocupación por la situación liguera, ayer era un día para olvidarse un poco de ella y disfrutar. Algunos se acercaron al hotel de concentración para dar ánimos a los jugadores, mientras que otros realizaron turismo antes del partido.
A pocas horas para que los futbolistas saltaran al césped, todos los pericos desplazados se reunieron entre las 16 y 18h en el Pub The Bluebrick Table, donde se habilitó una zona para que recogieran la entrada, y, a continuación, desplazarse todos juntos hasta el estadio. La única nota negativa fueron los problemas que tuvieron algunos para llegar por los retrasos en los aviones, pero finalmente todos pudieron ver empezar el partido.
El club, ante la noticia de que unos 200 pericos que volaban hasta Manchester iban muy mal de tiempo, reaccionó rápido y habilitó la taquilla en el acceso de la zona visitante del Molineux Stadium para todos los seguidores que llegaran con retraso, por los distintos inconvenientes que se habían encontrado durante sus viajes, pudieran recoger allí su entrada.
Ejemplo de sentimiento
Entre las muchas anécdotas vividas, Santi e Isabel nos explicaron su aventura para llegar. Como Santi trabaja en Bruselas, su madre viajó el miércoles desde Barcelona para volar juntos a Dublín y, posteriormente, hasta Birmingham. Ayer por la mañana se encontraron con un retraso de más de media hora de un autobús interurbano hacia el aeropuerto y obras en la carretera, que les hizo perder el avión. Al final pudieron comprar unos vuelos directos a Birmingham y llegar a Wolverhampton.
Por lo que respecta a Thomas, el perico belga, también sudó lo suyo. Desde Stuttgart tenía que coger un tren hasta el aeropuerto de Frankfurt, desde donde volaría a Birmingham, pero lo cancelaron, con lo que tuvo que coger un cercanías y dos AVE hasta el aeropuerto. Después, al aterrizar tuvo que cambiar de tren por culpa de una avería y al llegar al hotel vio como no quedaban habitaciones pese a tenerla reservada. Tras reclamar una, la consiguió y, tras un ajetreado día, pudo empezar a disfrutar del viaje europeo.
Dos claros ejemplos, a los que les costó sacrificio, esfuerzo y dinero, pero que sirven para demostrar que los pericos no desfallecemos bajo ningún concepto para estar al lado del Espanyol.
