En el fútbol las camisetas son la piel de los clubes. Cambian cada año por defecto del mercado en una maquinaria que apenas cesa. Una vez salen las nuevas hay un brevísimo parón y la rueda vuelve a girar. Este año el Espanyol y Kelme han presentado las equipaciones del 120 aniversario que, además, podrían pasar a la historia por ser las del regreso a Primera. Esto último, sin embargo, no se sabía cuando empezaron a germinar. Y es que el ciclo de vida de una camiseta en el fútbol de élite es tan corto, y tan largo, como lo es su período de gestación.
La temporada pasada el Espanyol se adelantó a todos y presentó las camisetas en directo, contra el Atlético, en la jornada 36. Fechaba 4 de mayo. Esta vez ha sido el 14 de agosto. El coronavirus lo retrasó todo: afectó al proceso de fabricación en los meses de enero, febrero y marzo, cuando la pandemia azotaba con más fuerza a China, e hizo que la liga acabara el 19 de julio. Lo primero es importante, porque todo pasa por China. En concreto, por Jinjiang, donde Kelme tiene su fábrica. Al lado de Jinjiang está Quanzhou, la ciudad portuaria de la provincia de Fuijan. Tiempo ha, Quanzhou era el punto de inicio de la ruta marítima de la seda. Y Marco Polo, en una de sus expediciones, la catalogó como “la Alejandría del este”. Siglos más tarde se comerció con opio. Ahora con equipaciones del Espanyol, si es que vale la comparación.
Decidir que las franjas de la camiseta blanquiazul sean más estrechas o que los pantalones que la acompañan sean negros lleva muchos meses de trabajo, lluvias de ideas e informes que se intercambian entre Barcelona y China. De septiembre a octubre varios departamentos del Espanyol empiezan a decidir sobre qué motivo girarán las camisetas y cómo será el diseño. Lo ampara el departamento de marketing dirigido por Toni Alegre y lo apuntalan Perico Domínguez, como diseñador, y David Tolo, como historiador, entre muchas otras personas. El club conoce las efemérides y este año tocaba honrar a la historia, por el 120 aniversario. La última vez que el Espanyol jugó con pantalón negro fue en el curso 41-42. Ese mismo año, en Copa, ya pasaron a llevar pantalón azul. Pero durante 40 años, en los que se consiguieron dos Copas (29 y 40), negro fue el color.
La segunda equipación, con tonalidades de mar encuaresmado, florecido de plancton, es el diseño más rompedor de los tres. Y aunque el trencadís de Gaudí es visible en todas, es en este donde gana más relevancia. En la tercera se vuelve al amarillo, color que ha ganado notabilidad estas últimas temporadas y que Kelme ya había usado porque amarilla era la primera camiseta, la de 1900. El trencadís no es solo un guiño al Modernismo y a uno de los símbolos de Catalunya y Barcelona, sino también a los orígenes del club, que empezó a jugar en los terrenos de la Sagrada Familia.
Son cuatro los criterios por los que se rigen en el club. Los primeros dos, ya comentados: el creativo y el de identidad. Luego están el comercial y por último, pero no menos importante, las normativas de LaLiga y la opinión de los jugadores sobre el material y la comodidad. A nivel comercial, este año Espanyol y Kelme han trabajado con diseños 100% al gusto del aficionado perico por tratarse de una efeméride importante. Otros años se buscó atraer también al público asiático. El club conoce los gustos a través de los foros, llamadas de socios y valoraciones en las tiendas. Y de los jugadores, porque se les consulta directamente. Hace tiempo, por ejemplo, se fabricaron unas camisetas en las que el sudor se concentraba en el pecho y provocaba incómodas goteras dentro de las mismas.
En los primeros informes, Kelme se encarga precisamente de aportar, además de las tendencias generales del mercado, las innovaciones más técnicas para la máxima holgura y la mejor transpiración. En las de este año se resalta que hayan sido tejidas en jacquard, de forma que el patrón del trencadís no está estampado, sino tejido con sutileza desde el origen. Y en las mangas, el termosellado ‘seamless’ facilita la ausencia de costuras. Todos estos resultados, tanto creativos como técnicos, se presentaron entre noviembre y diciembre. De varias propuestas, se escogieron estas. Ya entonces se envió un esbozo a China, alguien del club viajó a Jinjiang para comprobar ‘in situ’ los diferentes tejidos y que todo estaba en orden, y poco más tarde, desde Jinjiang, se devolvió un primer prototipo de cada camiseta. En Barcelona se vieron, se tocaron, se presentaron a la dirección y, una vez aprobadas, se hizo el primer y único pedido. Es decir, a finales de noviembre, principios de diciembre, ya se sabía cómo serían las equipaciones de la temporada siguiente.
Un pedido de 70.000 unidades
Las camisetas del primer equipo no es lo único que contempla este pedido, sino también la vestimenta de los equipos de fútbol base, de las escuelas y academias, de las áreas sociales y de todos los departamentos del club que necesiten ropa. Antes se hizo, y se hace siempre, una investigación para saber cuántos empleados, aproximadamente, necesitarán indumentaria oficial. En el primer pedido entran camisetas, pantalones, medias, ropa de entrenamiento, anoraks, chándales, petos, bolsas y accesorios de utilería. Es un pedido, en total, que puede llegar a alcanzar las 70.000 unidades si se suma lo que irá a las tiendas oficiales del club.
Para enero Kelme ya tenía programada la producción porque, al ser en China, se tiene en cuenta que el año nuevo se celebra en febrero. Y aquí es donde este año ha habido anomalías debido a la crisis del coronavirus. Entre enero, febrero y marzo la fábrica de Jinjiang elabora todas las unidades tanto para el Espanyol como para todos los puntos de venta donde llega Kelme. En una situación normal, alrededor de marzo y abril, un empleado del club volvería a viajar a Jinjiang para comprobar que todo esté bien. Se examinaría hasta el último detalle. En épocas anteriores, de hecho, se tuvo que reanudar la fabricación porque quizá el palito de la ‘R’ de las siglas del club o el pantone de una manga no eran los adecuados. Por eso se hace con tiempo de antelación, por si hay algo a cambiar.
Y lo dicho, en años que no son como el 2020, en mayo ya estarían programados los envíos en barco hasta el puerto de Valencia, donde tiene su sede Kelme. Son 22 días de viaje, muchos menos que en la ruta de la seda de antaño, pero 22 días de viaje igualmente, a los que se les debe añadir otros 7 siete días antes, en los que se carga el barco y se pasan todos los trámites aduaneros. Después, 7 días más. En Valencia se descarga, pasan los controles de aduana, quizá se deja en cuarentena y se revisa el contenido. En mayo, toda la ropa del Espanyol suele estar ya en el almacén de Kelme listo para ser enviado al RCDE Stadium, donde el club lo recibe y chequea que todo esté correcto. Ahí se almacena antes de la presentación oficial. En junio, los equipos de Primera y Segunda división vuelcan todos los datos en ‘Kit Selector’, la aplicación de LaLiga donde está la información digitalizada. Sirve para que se verifique y compruebe que las equipaciones cumplen con las normativas de LaLiga y para que los árbitros y los equipos sepan cómo vestirán en cada partido.
Las circunstancias sanitarias y la crisis deportiva no han permitido al club presentar las camisetas como les habría gustado. Y de ahí que se decidiera premiar a tres socios que asistieron a todos los encuentros que ha albergado Cornellà desde su existencia: Martina González, Antonio González y Eduardo Castro. Los modelos, en este caso, han sido los jugadores del filial Ferran Jutglà y Dani Villahermosa, y la jugadora del primer equipo femenino, Xènia Pérez. El viernes empezó la vida útil y pública de las camisetas, que durarán lo que dura un curso. Recorrieron por aire y mar mucho más de los alrededor de 10.000 kilómetros en línea recta que Google marca entre Barcelona y Jinjiang. Y los diseños del 120 aniversario han tenido buena recepción a pesar de lo susceptible que está ahora la afición. Para el año que viene se espera que esta ruta de la seda moderna esté menos entorpecida y se cumplan los tiempos fijados. Será la mejor de las noticias. También si las camisetas que empezarán a incubarse pronto acaban siendo para jugar en Primera.