Borja Iglesias, ese jugador que en cuestión de muy poco tiempo pasó de héroe perico a villano, declaró en el canal de youtube de Alberto Edjogo, que con su marcha al Betis había dado un salto en su carrera y que no se arrepentía de ese cambio, pero también aseguró que la pasada temporada en el Espanyol fue muy especial para él. Aunque como dijo, en la entidad verdiblanco está viviendo “otra dimensión en el fútbol. Lo veo como un salto económico, deportivo y profesional. No llevo los goles que me gustaría, pero me siento mejor jugador».
Sobre su llegada, el ariete reconoció que Gerard Moreno le había dado buenas referencias del club: Me dijo que en el Espanyol disfrutaría y que me encontraría con un vestuario espectacular. El club estaba decidido, pagó mi cláusula y estuve muy agradecido, eso me dio mucha fuerza». Tanta fuerza que le llevó a firmar unos registros espectaculares que ni él mismo esperaba: “En primer año en Primera marqué 17 goles en LaLiga y tres en la Copa del Rey. Además, nos clasificamos para Europa en la última jornada. Fue un año increíble para mí».
Un año en que Rubi le marcó mucho. De hecho cuando le llamó para poner rumbo hacia Sevilla con él no se lo pensó. Pero en su entrevista destacó que el de Vilassar fue de los que nunca tiró la toalla y siempre creyó que Europa era posible y así se lo transmitía a su plantilla: “Cuando faltaban cinco partidos y estábamos a nueve puntos del Athletic, el entrenador nos dijo que entraríamos en Europa. Al ver nuestras caras nos preguntó si pensábamos que estaba loco. Y pensamos que un poco. Pero cada vez estábamos más cerca«.
Finalmente, de ese último partido liguero ante la Real, donde se aseguraron la vuelta a Europa 12 años después, Borja lo recordó como algo “increíble. La gente se volvió loca. La afición llevaba años deseando vivir una alegría sí y fue muy bonito».