Nadie en el Espanyol esperaba estar así a estas alturas de la temporada. Tras empatar en Balaídos, la plantilla espanyolista deberá empezar a pensar en el Valladolid del extécnico perico Sergio González, que llega este domingo (RCDE Stadium, 12.00h), también con necesidades al estar en la parte baja de la tabla. Pese a tratarse solo de la séptima jornada, el duelo ante el conjunto pucelano ya es toda una final. Sobre todo para David Gallego, quien fue despedido con pitos en el anterior partido en Cornellà.
Los espanyolistas confían en empezar a remontar el vuelo ante su afición y acabar con la mala dinámica de resultados en casa, donde han perdido los tres partidos de liga disputados y solo pudieron empatar contra el Ferencvaros, el equipo más asequible de su grupo, en el primer partido en la Europa League. El técnico perico llega muy cuestionado tras no acabar de dar con la tecla y habrá que ver hasta donde llega la paciencia del presidente blanquiazul si no se consigue sumar los tres puntos. Una paciencia que no se tuvo en Cornellà con el de L’Hospitalet, cuando el 14 de diciembre de 2015 fue destituido, buscando un golpe de efecto pocos días antes de que Chen Yansheng aterrizara en el Espanyol.
El preparador blanquiazul no podrá contar el lateral derecho Corchia, con el centrocampista Iturraspe ni tampoco con el delantero Ferreyra, máximo realizador del bloque. Por otra parte, el medio Granero y el delantero Puado vuelven a la convocatoria. Pipa y Campuzano son baja.
En las últimas cinco visitas del Valladolid al RCDE Stadium en LaLiga, el anfitrión ha sumado tres victorias, en las temporadas 2018-19, 2013-14 y 2008-09, y dos empates. El balance es claramente favorable a los locales, que procurarán mantener esta fortaleza ante el cuadro visitante.
Vuelve a casa
El entrenador del cuadro blanquivioleta, Sergio González, tiene claro que el Espanyol es un equipo “con un gran fondo de armario, que cuenta con jugadores de calidad y con capacidad desequilibrante, y se muestra sólido y expeditivo”, de ahí que tenga clara su progresión futura.
Para el técnico catalán, supondrá regresar a su casa, y por ello confía en tener “un buen recibimiento” por parte de la afición, ya que no deja de ser “un chico de su cantera y un excapitán”, si bien esa situación especial no impide que esté centrado en lo que se debe hacer para sumar los tres puntos.