La asistencia al RCDE Stadium no es para tirar cohetes, todo lo contrario. Pero la realidad es que pese a ver una imagen desoladora partido tras partido, incluso en los encuentros ante Barça, Madrid o Atlético, parece que la tendencia de ir temporada tras temporada a menos se ha frenado.
Con datos sobre la mano, a falta todavía de dos partidos por disputarse como locales, contra Atlético y Real Sociedad, son 17.506 los espectadores que se deberían conseguir para igualar los registros de asistencia de la campaña anterior. Una cifra más que asequible y que ya puede ser la entrada de uno de esos choques. Por lo tanto, en esta temporada 2018-19, como decíamos, al fin se frenará la tendencia de ir a menos sin remisión. Y es que si echamos un vistazo a los datos de asistencia desde que se estrenara el nuevo feudo perico hasta día de hoy, la diferencia en cuanto a afluencia es desoladora. Tanto que la media de la temporada 2009-10, era de 27.861, cifra que en la actual campaña ni se ha alcanzado en el derbi (24.037). Poco más que añadir para que se percaten de la abismal diferencia de ese curso, en que desfilaron más de medio millón de personas por el RCDE Stadium, al actual, que con trabajo se llegará a los 350.000.
La caída año a año ha sido considerable y constante hasta el curso 2016-17, cuando hubo un pequeño repunte que rápidamente se disipó hasta ahora, que parece que hay una ligera mejoría. Y una clara muestra de ello es que si echamos un vistazo también a las peores asistencias de la era Cornellà, esta temporada el mínimo se ha establecido en 13.547 en la jornada seis ante el Eibar, un duelo que se disputó en martes. En cambio, la liga anterior, con 12.113 se fijó ese negativo récord que desbancaba los 12.461 de la 2015-16 (jornada 12 ante el Málaga en sábado), o los 12.600 de la 2015-15 (jornada 4 también ante el Málaga y en sábado), o los 12.650 de un año antes (jornada 25 contra Villarreal en lunes).
Mucho desencanto
Está claro que los magníficos nuevos horarios y lo cómodo que se ve el fútbol desde casa sin pasar frío o calor influyen, pero la realidad es que el principal detonante de esta sangría en cuanto a asistencia es que los socios y aficionados pericos están sufriendo una gran desconexión tras demasiadas temporadas sin poder pelear por nada bonito. Al final uno acude al campo, a parte de por fidelidad a su equipo y amor hacia unos colores, para ver espectáculo y disfrutar. Aunque ni por esas, ya que el conjunto de Rubi firmó un inicio de ensueño y ni así la grada presentó una imagen aceptable. Así pues, salvo algún fichaje muy mediático o sin que el equipo de el salto definitivo para luchar realmente por Europa parece que esta será la tónica habitual. Que ver Cornellà lleno es cosa ya del pasado, pues ni con promociones especiales se ha logrado movilizar a una hinchada que todavía arrastra cierto cabreo por la última subida de abonos. Entre una cosa y otra, la asistencia se ha visto claramente mermada al pasar, en diez temporadas, a tener una media de casi 10.000 espectadores menos. Una cifra demasiado elevada en que ni el día que se juega ya prácticamente influye.