El Espanyol puso fin a su aventura de 26 temporadas en Primera y Rufete a la suya de siete partidos como míster de forma insatisfactoria. Pues el equipo ha acabado en Segunda y él sin haber logrado el cometido con el que se sentó en el banquillo para los siete últimos partidos, que era que no se bajaran los brazos y evitar el desastre. Pese a ello, aseguró que no considera que el equipo lo haya hecho. “Por resultados puede parecer que sí, pero el equipo ha competido. Teníamos claro que había que hacerlo por respeto al club”, reivindicaba.
Pero pese a ello, Rufete era consciente de que “nuestra gente estará triste y decepcionada, y es que lo que ha sucedido este año no es para estar orgulloso”.
Últimos, con solo 25 puntos y con una salvación baratísima con 37 unidades. Preguntado por si este hecho todavía le daba más rábia, asintió: “No solo eso, es la sensación de saber que con un poco más igual valía y no se necesitaba tantísimo. Eso hace que sea mucho más decepcionante”.
Y tras el chasco y la decepción, volvió a dejar claro que no se arrepiente de aceptar el cometido que se le pidió: “Todo lo que he hecho ha sido con la mejor intención del mundo, haciéndolo lo mejor posible. Si he estado en lo bueno, ahora también lo estoy pero en lo malo”. Y explicó que finalizada esta etapa para volver a los despachos “intentaré coger las cosas positivas que he podido ver y espero haber aportado al equipo y a la gente que está trabajando ahí dentro”. Y a nivel personal, también quiso aprovechar para dar las gracias “a todos los que me han brindado su apoyo, no como Rufete, sino como club”.
Una semana intensa
Tras cerrar este amargo capítulo, ahora hay que empezar uno de nuevo. Y en este sentido, Rufete reconoció que esta será “una semana importante para decidir entradas, pero, sobre todo, las salidas”. Y apuntó que anunciar al nuevo míster “va a ser la primera decisión que queremos tomar para empezar a construir la plantilla con respecto a lo que el entrenador nos pueda aportar”. Aunque no soltó prenda de quién puede ser, pero en cambio si dejó caer que “a día de hoy no hay nada descartado”.
Finalmente, sobre esa plantilla que hay que confeccionar, admitió que “los jóvenes que entran nos pueden aportar mucho”. De hecho, incidió en que “el futuro del club pasa por tener un porcentaje importante de jugadores de casa consolidados y otro de jóvenes que cuando suban les quede poco por consolidarse. El futuro del Espanyol y del fútbol en general pasa por tener un gran fútbol base para el presente y para que el futuro el club obtenga un rendimiento deportivo y económico estable”.