Era uno de los aspectos más esperados. ¿Cómo recibiría la afición a Quique Sánchez Flores? El técnico madrileño reconoció haber estado en negociaciones con el Stoke City, pero finalmente la operación no fructificó y aseguró que se quedará en el Espanyol hasta final de temporada. Ocasión perfecta para los críticos del preparador blanquiazul de atacarlo, pero lo cierto es que lo que se esperaba que fuese una contundente pitada cuando el speaker del club anunció el nombre del entrenador del Espanyol por megafonía no fue más que una división de opiniones entre la parroquia perica. El míster, que estuvo tranquilo durante todo el choque y metido en el encuentro, no volvió a escuchar queja de la afición hacia su persona en todo el partido. Parece que la grada ha entendido que, a pesar de no ser plato de buen gusto ver como tu entrenador negocia con otro club, un trabajador siempre quiere mejorar. Y el Stoke City, a pesar de encontrarse en la cola de la Premier League, le ofrecía un contrato largo y a saber que cantidad de dinero que satisfaciera los deseos del técnico, entre los que se encuentra regresar algún día al fútbol inglés.
A pesar de lo enrarecido de la semana que hemos dejado atrás, el socio perico sabe que llegan curvas: un doble enfrentamiento ante el Barça en Copa del Rey y una visita liguera del cuadro azulgrana al coliseo espanyolista poco después del encuentro de vuelta en el Camp Nou. Ello hizo que la grada estuviera al lado del equipo durante todo el encuentro, consciente de que hay que darle alas si quiere gozar de alguna oportunidad de sumar algún resultado positivo ante el rival ciudadano. Porque, no nos engañemos, la diferencia es abismal y ésta solo se puede igualar con carácter, coraje y el empuje de una afición que bien sabe lo que necesitan los jugadores de cara a este tipo de partidos. Incluso algún tímido canto en contra del Barcelona se escuchó en el templo blanquiazul, aunque de manera puntual. La hinchada no calentó el derbi como en ocasiones anteriores, en las que el duelo ante los azulgrana parecía más importante que el que se estaba disputando sobre el verde, pero se encargó de crear una sensación de unión y aliento de esas que solo se perciben cuando pasa algo importante. O cuando hay un derbi de por medio, en este caso tres.
In crescendo
Una de las claves para que la afición estuviera al lado del equipo fue el buen juego de un Espanyol que, ahora sí, va a más. Siete puntos de los últimos nueve y la remontada copera en el Ciutat de València, todo ello acompañado de una mejora sustancial en el juego que empezó con la introducción del 4-3-2-1, hacen que la afición se haya reenganchado al equipo y vuelva a creer. Porque, quitando la segunda mitad en Las Palmas, este Espanyol ya carbura.
