La historia se repite. Como si de la segunda parte de una película se tratase, la situación que atraviesa actualmente Simao en el Espanyol recuerda en parte a lo que se vivió en su día en el ‘caso Nakamura’.
Ambos llegaron al Espanyol con el cartel de crack, despertando ilusión en la parroquia espanyolista, y tanto el portugués ahora, como el japonés en su día, vivieron unos primeros días como pericos un tanto convulsos. No obstante, el escenario no es calcado, sino que tiene ciertos matices a tener en cuenta, que a la vez hacen mantener la esperanza en que la actual situación se reconduzca y Simao acabe dando muchas alegrías al espanyolismo.
Nakamura tuvo serias dificultades para adaptarse debido principalmente a sus problemas con un idioma que no conocía, y poco o nada hizo por aprender. Así, el que había llegado en verano de 2009 como ídolo mediático que debía aportar una dosis extra de calidad al equipo e introducir al marketing perico en el mercado asiático, se marchó unos meses después tras haber disputado solo 565 minutos en los que apenas dejó su sello como jugador, sin conseguir ni una sola jugada que guardar en la retina de los aficionados pericos.
El caso de Simao es distinto. Cierto es que por ahora no ha convencido a Pochettino para otorgarle un puesto entre los titulares, pero todavía es pronto como para dar por perdido al portugués. Conoce la Liga, el idioma y la ciudad, y además tiene en el vestuario un compatriota como Rui Fonte que debería facilitar su adaptación al grupo. Por todo ello, a priori el principal problema es su estado de forma, ya que Simao fichó sin haber realizado pretemporada, y al parecer, eso está aconteciendo como un grave contratiempo.
*Puedes leer este artículo completo en la edición de papel de tu Diario La Grada del lunes 15 de octubre de 2012.
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