La temporada 2012-13 no fue sencilla para el Espanyol. A finales de noviembre, Mauricio Pochettino era destituido y llegaba Javier Aguirre para enderezar el rumbo de un equipo que era colista. El técnico mexicano hizo reaccionar al grupo y logró salvarlo con menos problemas de los previstos. Y esta mejora fue, en parte, gracias al gran rendimiento de Joan Verdú. El centrocampista de l’Eixample fue uno de los que se echó al equipo a la espalda y firmó su mejor temporada como profesional: 37 partidos de liga, 36 como titular y nueve goles, siendo su mejor registro en Primera. Pero tras ese campeonato, y pese a ser uno de los intocables en el once, no llegó a un acuerdo para renovar su contrato y firmó por el Betis para cuatro temporadas. Ahora, a las puertas del duelo contra el conjunto verdiblanco, en La Grada hemos querido charlar con un jugador que sigue disfrutando del fútbol en China. Verdú explica cómo se vive en el país asiático el fenómeno Wu Lei, habla de Rubi, con quién coincidió en el Levante, de su buen amigo Sergio García y apunta que no se fue del Espanyol, sino que “los que mandaban no me quisieron a mí”.
Muchos aficionados te han perdido la pista desde que dejaste el Levante en 2016. ¿Qué es de Joan Verdú?
Estoy jugando en la Segunda División de China, en el Qingdao Huanghai. Y este es ya mi tercer año en el país. Estamos primeros y peleamos por ascender de categoría. Después de muchas vivencias en España, y también habiendo salido a jugar fuera, Jordi Vinyals, que había estado en el Barça B, me dio esta oportunidad. Lo valoré con la familia y decidí aceptar la propuesta y vivir esta experiencia. Todos estamos muy contentos de estar disfrutando de esta gran aventura y, en el aspecto deportivo, estoy con muchas ganas de intentar hacer las cosas lo mejor posible.
El Espanyol se ha abierto a Asia desde la llegada de Chen Yansheng a la entidad. ¿Es muy seguido en China?
Sí, desde que entró en el club, el nombre del Espanyol se escucha mucho más por aquí. Todos los fines de semana hay alguna noticia sobre el club. Su ciudad queda un poco lejos de donde estamos viviendo, pero en las informaciones generales siempre hay alguna referencia al partido del conjunto de Rubi.
Las cifras de audiencias en China son espectaculares por el efecto Wu Lei. ¿Es tan ídolo de masas como se nos dice?
Sí, mucho. Con su llegada al Espanyol el club tiene mucha más dimensión y protagonismo en su país. Es el ídolo de la selección china y un jugador que ha marcado una época siendo el máximo goleador de la competición durante varios años. Sinceramente, creo que no sois capaces de entender la repercusión que tiene alguien como él; lo que representa para un país tan grande y que tiene tantos aficionados al fútbol. Por mucho que se pueda leer en la prensa, hasta que no estás aquí y lo vives en directo, no sabes realmente el ídolo que es. Es muy seguido. Sin ir más lejos, en una red social que hay aquí, Weibo, tiene millones de seguidores. Con eso está todo dicho. El Espanyol tiene que aprovecharlo para sacar el máximo rendimiento posible.
¿Sigues al Espanyol?
Sí, por su puesto. Aquí tenemos seis horas de diferencia, pero siempre que puedo ver los partidos en directo lo hago; este año los he visto todos. Empezaron el campeonato ofreciendo un nivel muy alto y ha sido una lástima que no hayan podido mantener esas sensaciones. En líneas generales, pese a los altibajos que han sufrido, creo que está siendo una buena temporada; a cuatro jornadas para el final aún tienen alguna pequeña opción de pelear por Europa, aunque no será sencillo después de los resultados de la última jornada. Pase lo que pase en este final de liga, ojalá podamos ver lo antes posible al equipo jugando una competición europea.
¿Por tus características de juego te hubiera gustado jugar a las órdenes de Rubi?
Claro. Coincidí con él en la media temporada que estuve en el Levante, aunque las circunstancias eran muy diferentes porque estábamos en una situación muy difícil. Los dos llegamos en la segunda vuelta, con el equipo a unos doce puntos de la permanencia, por lo que el objetivo de salvar la categoría estaba muy lejos. Pese a no lograr el objetivo, su idea de entender el fútbol y plantear los partidos se adapta mucho a mi filosofía, a mi manera de ver el fútbol. Creo que es un técnico que al Espanyol solo le puede dar cosas buenas.
No solo conoces a Rubi, sino que seguramente eres uno de los futbolistas que mejor relación tienes con Sergio García. ¿Lo ves en el Espanyol la próxima temporada?
Todo lo que te pueda decir de él será positivo. Para el Espanyol es un lujo poder contar con un jugador como él. Encontrar un delantero de su nivel y con sus características será muy difícil. Lo mejor de su carrera se lo ha dado al club; está muy contento aquí, lleva muchos años vistiendo esta camiseta, es uno de los capitanes… No sé que hará la próxima temporada, pero de lo que estoy convencido es que tanto el recuerdo que dejará entre la afición, como el que él se llevará de su etapa en el club no podrá ser mejor.
Betis-Espanyol. Me imagino que vas con nosotros, ¿no?
Sí, en mi etapa en el Espanyol fui capitán y viví mis mejores años como futbolista. Los colores blanquiazules me tiran más que los verdiblancos, aunque también tengo mucho respeto por el Betis.
Dejaste el club siendo uno de los capitanes del equipo. ¿Te hizo daño esa salida?
Hacer daño es una palabra demasiado fuerte en el mundo del fútbol y encontrar algo que te haga daño es complicado. Pero es verdad que las formas no fueron las mejores en mi salida. Después de llevar el brazalete de capitán durante los dos últimos años creo que se podrían haber hecho las cosas totalmente distintas tanto si hubiera seguido como en mi salida. No considero que se fuera del todo justo conmigo con todo lo que la gente llegó a decir. Pese a todo ello, no guardo rencor a nadie.
¿Por qué dejaste el club siendo uno de los jugadores más queridos por la afición?
Lo que me gustaría dejar bien claro es que yo no dejé el club, sino que algunas personas que en esos momentos estaban mandando en la entidad me dejaron a mí para que no pudiera seguir. Estuve mucho tiempo reuniéndome y diciéndoles que lo que de verdad quería era continuar en el club. Cuando una persona lo desea, pero la otra parte no está por la labor, es muy complicado alcanzar un acuerdo.
¿Qué pasó realmente?
Todo empezó cuando un equipo quiso pagar mi cláusula, coincidió con el traspaso de Osvaldo. En ese momento, las personas que estaban al frente del club me aconsejaron que lo mejor para el Espanyol era que siguiera en el equipo. Les dije que ningún problema, ya que mi deseo era jugar mucho tiempo en Cornellà. Ellos me prometieron una serie de cosas que, tras un año y medio, no solo no se cumplieron sino que sucedió todo lo contrario, ya que mi situación fue a peor. Nunca presioné con nada. Entiendo que dijeran que no se llegó a un acuerdo, pero lo que no acepto es que me llamaran pesetero. Es una de las cosas que más me molesta que pueda pensar algún aficionado, ya que no me fui del Espanyol por un tema económico.
Y te fuiste al Betis. ¿Te arrepientes de ir a Sevilla?
En el mundo del fútbol nunca te arrepientes de las decisiones que tomas. Es cierto que no fue la mejor en cuanto al resultado, ya que bajamos a Segunda. No tuve la continuidad que creo que esperaba, pero ese año se juntaron demasiadas cosas. Mi inicio en el Betis fue bueno, tras una pretemporada muy positiva, pero los resultados no acompañaron. En un equipo y una ciudad como Sevilla, cuando las cosas no salen bien, aparecen los nervios y la presión es muy grande. Ni yo, que soy el primero en aceptarlo, ni el equipo, logramos tirarlo adelante.
