Se marchó a la aventura Jairo Morillas (Gilena, Sevilla, 1993) tras acabar su contrato con el Espanyol. El delantero andaluz, tras superar una grave lesión en el tendón de Aquíles que lo tuvo apartado de los terrenos de juego alrededor de seis meses, no pudo volver a vestirse de corto con la blanquiazul y, una vez sin equipo, firmó por el V-Varen Nagasaki japonés. Lo que era una gran oportunidad para volver a sentirse futbolista se truncó en invierno con el cambio en la directiva y en el banquillo; el míster no cuenta con él y, a pesar de que tiene contrato hasta 2021, tiene una opción de salir este próximo verano, la cual no quiere dejar pasar.
¿Qué tal le va a Jairo Morillas en Japón?
En junio hará un año que llegué y ya estoy bastante adaptado a una vida diferente a la que tenemos en España. La pega es que soy europeo y comunicarme es algo complicado, aunque se facilita con el traductor que me puso el club.
Pero solo no estás.
¡No, no! Está Carola -exjugadora del Espanyol- conmigo. No estaba pasando por un buen momento y le vino bien un cambio de aires. En junio volverá a reengancharse, buscará equipo y regresará con más fuerza.
¿Cómo surge la posibilidad de marcharte al país nipón?
Estoy en un equipo que ya se interesó en por mí cuando jugaba en el Girona, donde estuve cedido por el Espanyol en la temporada 2015-16. Me sorprendió que, cuando quede libre, el club seguía preguntando y, tras hablarlo con mi familia, decidí probar suerte, ya que era una buena oferta y estaban llegando futbolistas españoles al país; poco después de fichar por el V-Varen Nagasaki, lo hizo Iniesta por el Vissel Kobe. Es cierto que tenía otras ofertas, pero consideré que era una nueva aventura que tenía que aprovechar. El entrenador estaba muy interesado en mí y había otro español, Juanma Delgado. Ello me acabó de decidir.
Pero este curso las cosas se han complicado.
Es verdad que tuve pequeñas lesiones por las que no acabé de tener continuidad, pero el míster me mostraba confianza. Pero cuando llego de nuevo en 2019 -la temporada en Japón se alarga de marzo a finales de noviembre-, la directiva que me fichó había sido relevada, el entrenador que confiaba en mí, destituido, y mi compañero Juanma se marchó, con lo que me quedé solo.
Entonces, ¿te planteas marcharte?
El equipo descendió el curso anterior y está situación propicia los cambios. Ahora no estoy, deportivamente hablando, tan contento como cuando llegué. Así que sí, me estoy planteando salir, ya que lo que quiero y necesito es sentirme a gusto en el terreno de juego. Físicamente me encuentro muy bien, entrenando fuerte y con ganas de volver a ser el que fui en el Espanyol, pero el entrenador no me tiene en cuenta.
Regresar a España, ¿es una opción?
Me gustaría volver, no voy a mentir. Si te vas tan lejos de casa es para estar a gusto, no así. Busco algo que me ilusione y la tierra tira, pero en el mundo del fútbol puede pasar cualquier cosa y no estoy cerrado a nada.
¿Sigues al Espanyol desde la distancia?
¡Por supuesto! Dejé muchas amistades allí y solo tengo palabras de agradecimiento para el club. El comienzo de campaña nos ilusionó a todos, pero en una temporada tan larga es normal que haya bajones. Lamentablemente parece que Europa está difícil, ojalá ganen todo lo que les queda para acabar lo más arriba posible.
Ibas a tener minutos al final del pasado curso, pero no pudo ser.
Es una espina que tengo clavada. Quique me dijo que contaría conmigo porque estaba rindiendo a muy buen nivel en los entrenamientos, pero tuve una pequeña rotura en el adductor y ya no pudo ser. Tuve el apoyo de los compañeros y del entrenador, pero no tuve la ocasión de ‘redebutar’.
Aún así, viviste cosas muy bonitas en el club blanquiazul.
Sin duda. Me quedo con mi debut en Primera División y con el gol que marqué en Copa del Rey ante el Alavés; eso es lo máximo para un canterano que ha luchado para ello. Solo tengo recuerdos positivos del Espanyol, estuve muy a gusto desde el día en el que llegué. Tampoco me quiero olvidar de la temporada con el filial, la cual fue muy importante para mí y me ayudó a seguir creciendo.