Pese a adelantarse en el marcador y dar la cara durante bastantes minutos, el Espanyol perdió ante un Atlético que se impuso por su gran capacidad de reacción y por tener mejores argumentos futbolísticos. La derrota dejó dos claras conclusiones, que el Espanyol aún deberá sufrir para salvar la categoría y que la diferencia entre el actual equipo perico y uno que juega en Champions, el objetivo de los actuales dirigentes a corto plazo, es abismal en estos momentos.
Constantin Galca, pese a que en la previa avisó que si querían lograr un buen resultado había que hacer algo más que defender, repitió el mismo once conservador de Málaga, aunque con la sorpresa de Álvaro en el lateral derecho y Javi López en el extremo derecho, mientras que Simeone priorizó la Liga a la Champions al reservar a solo un jugador respecto al partido del pasado martes. Ambos técnicos demostraban una confianza ciega en los futbolistas que les están respondiendo en los últimos partidos.
Los primeros minutos fueron muy intensos. Había mucho en juego. Un triunfo daba la salvación a los pericos y permitía seguir soñando con el título a los colchoneros. El Espanyol empezó ordenado y desactivó a su rival, aunque todo el juego transcurría en una medular muy atascada por el exceso de jugadores. Nadie quería correr riesgos.
Empiezan a animarse
A medida que los minutos transcurrían, y tras los primeros remates de Carrasco y Asensio, el conjunto de Galca empezó a estirarse un poco, aunque sin descuidarse atrás. Sabían que los del ‘Cholo’ podían liarla en cualquier momento. Y Torres, tras irse de Álvaro y Roco, dio el primer aviso serio rematando a la madera. Una acción que tuvo continuidad poco después cuando Carrasco obligaba a Pau a emplearse a fondo. Pero el Espanyol no quería ser menos. En el 23’ Oblak sacaba un remate de Gerard y en el 28’ enviaba a córner un centro-chut de Duarte. El encuentro se abrió y a la media hora se puso de cara para el Espanyol. Un saque de esquina botado por Asensio era cabeceado por Diop, desde el pico del área pequeña, al fondo de las mallas. El partido se ponía dónde querían. Lo más difícil se había logrado y ahora había que ser conservadores e intentar sentenciarlo en una contra. Pero la alegría no duró demasiado. Torres aprovechó una asistencia de Koke para ganarle la espalda a Roco y superar a Pau con un remate cruzado.
El final de la primera parte se había puesto bonito. Griezaman y Víctor Sánchez, con sendos cabezazos, pudieron desnivelar la balanza poco antes del descanso.
Sin poder de reacción
El Espanyol había planteado un partido muy físico, pero el Atlético sorprendió no acusando el cansancio. En la primera llegada con peligro del segundo tiempo, Griezmann, que había pasado desapercibido, batió a Pau y le daba la vuelta al marcador. Todo un mazazo para un equipo que estaba preparado para defender y contaba con pocos argumentos ofensivos en el campo. Con el marcador a favor, Galca dio entrada a Caicedo por Rubén Duarte y pasó a jugar con defensa de tres. Tocaba arriesgar, pero esta apuesta era muy peligrosa ante un rival letal a la contra. Correa, Fernado Torres y Koke tuvieron la sentencia, mientras que el Espanyol se mostraba impotente en ataque. El final fue de ida y vuelta . Y mientras Álvaro fue objeto de un posible penalti por empujón de Juanfran, Koke sentenció en una contra. Se intentó todo, pero fue imposible. Una derrota que deja claro que aún tocará sufrir. Nadie dijo que fuera fácil.