El Espanyol se reconcilió con su afición a costa de un contundente triunfo ante la Ponferradina en El Toralín gracias a su excelente salida al campo. Los blanquiazules despacharon el partido por la vía rápida. Salieron muy enchufados y están a un triunfo de ganar el campeonato. Incluso el título podría llegar esta jornada si el Mallorca pierde ante el Tenerife.
Vicente Moreno reconoció en la previa que el equipo no iba a bajar los brazos. La derrota ante el Cartagena dolió y querían lavar esa imagen. Los blanquiazules salieron con la convicción de ir a por el partido y en el primer minuto ya inauguraron el marcador. Mejor dicho, a los 11 segundos. Solo sacar de centro de campo, el esférico le llegó a Matías Vargas, quien abrió hacia la banda izquierda para que Pedrosa centrara al punto de penalti donde Dimata la cazó de primeras. El delantero belga remató con la izquierda raso y ajustado al palo de Manu García sorprendiendo a todos. Y a los siete minutos, Valcarce llegó tarde a un balón y derribó a Javi Puado dentro del área. El colegiado no lo dudó y el goleador canterano transformó el penalti con calidad.
Por la vía rápida
Ni los más optimistas se esperaban un arranque así en un campo que no es sencillo. En solo nueve minutos los blanquiazules, que volvían a llevar la camiseta amarilla, dejaban el partido muy encarrilado. No querían emborronar su arrollador ascenso y demostraron que no querían volver a fallar, ya que en sus cabezas solo está hacerse con el campeonato. Salieron con actitud y hambre. Querían ser campeones a lo grande y tuvieron un inicio brillante. Pese al claro marcador favorable, los de Vicente Moreno no se dedicaron a especular. Siguieron apretando y buscando aumentar la renta.
El Espanyol estaba ofreciendo una imagen muy positiva. Se sentía cómodo y se le veía disfrutando en el campo. Darder cogió las manijas del equipo, Matías Vargas y Pedrosa encontraron una autopista por la banda izquierda por donde ponían en muchos aprietos a la zaga local y Dimata apretaba arriba buscando su segundo gol en el partido. El Monito se estaba sintiendo cómodo. Estaba muy activo. Quería el esférico y no dudó en pedir lanzar una falta desde la frontal del área, aunque no estuvo acertado en su lanzamiento. Y si al argentino le faltó habilidad en ese lanzamiento, mucho más la necesitó Dimata que no supo aprovechar una acción de fantasía entre Melendo y Puado para marcar un gol cantado. Y de la sentencia caso definitiva se pudo pasar a la emoción, ya que Ríos Reina mandó una lanzamiento de falta al larguero.
Gol y reacción
La Ponferradina quiso copiar el inicio de partido perico al volver de los vestuarios. Ríos Reina volvió a poner en aprietos al Oier con un lanzamiento de falta desde la frontal, a la que el irundarra respondió volando para sacar un balón que entraba. Pero no pudo hacer nada pocos después cuando un cabezazo del experico Óscar Sielva se introdujo en el marco perico tras tocar el Darder. Pero los espanyolistas no acusaron el golpe y se fueron a por el tercero. Solo un minuto después el de Artà estuvo cerca de enmendar esa acción con un disparo que rozó el larguero y en el minuto 54 Dimata volvió a superar a Manu García, en esta acción, con un cabezazo tras una gran acción de Vargas.
El Espanyol respondió rápido impidiendo cualquier posible reacción de los de Jon Pérez Bolo. Con el tercero no se conformó. Y cuando parecía que el marcador no se movería más llegó el cuarto. En el descuento un centro de Dimata lo remató a gol Nico Melamed. Los de Vicente Moreno acabaron el partido lanzados, al igual que han finalizado un campeonato en el que han sido superiores a sus rivales.