Javi Puado se despidió oficialmente ayer martes del Zaragoza y su gente. En quienes ha dejado una gran huella desde que saliera cedido del Espanyol y aterrizara en La Romareda, donde como él mismo dice, han vivido grandes tardes de fútbol, hasta que llegó la pandemia. La Covid 19 lo cambió todo y además le afectó a él personalmente, de ahí a que no pudiera disputar el play-off de ascenso y ayudar a su equipo, que ha fracasado en su intento.
Así pues, el joven atacante perico, que se ha ganado a todo el Zaragoza so gracias a sus grandes actuaciones, volverá a Barcelona más curtido y a la espera de conocer cuál va a ser su futuro. Qué se espera de él tras el crecimiento experimentado en esta cesión, que ha sido breve, pero muy prolífica con cinco goles y cinco asistencias. Puado logró convertirse en un futbolista clave para el equipo y ahora habrá que ver si convence a Vicente Moreno. Si se queda, ya que le quedan dos años más de contrato, o bien si vuelve a salir cedido o bien se estudia alguna oferta que pueda llegar por él. Puesto que, tal y como ha trascendido en los últimos días, clubes como Levante, Real Sociedad y Osasuna habrían mostrado ya interés en él.
Comunicado íntegro:
En noviembre me ofrecisteis una oportunidad única, inesperada y muy ilusionante. Grandes compañeros y amigos me aconsejaron que el Real Zaragoza era un club ideal para mí por el cariño de su gente y su ambición como entidad. Desde luego, no se confundieron.
En diciembre ya había sentido la responsabilidad de llevar en el pecho un escudo tan legendario como el del león. Palabras mayores.
En enero y febrero compartimos grandes fines de semana. Por cualquier rincón de la ciudad quedaba declarado oficialmente el estado de felicidad. Nuestro equipo, el vuestro, volaba por los estadios de España en busca del ansiado ascenso.Pero llegó la fatídica primavera, la pandemia y la espera se nos hizo muy larga. Esta familia, del primer futbolista al último ayudante, lo intentó por tierra, mar y aire en unas circunstancias muy extrañas. De repente y, como todos, sin el aliento de La Romareda, acabamos en un playoff demasiado atípico.
Una temporada dura pero que recordaré siempre por las personas que convivieron conmigo: entrenadores, jugadores, asistentes, médicos, utileros, fisios, empleados y afición del Real Zaragoza. Todos me habéis hecho vivir una experiencia inolvidable y un sentimiento que perdurará por muchos años: el blanquiazul. ¡Aúpa Zaragoza!”.