El Coliseum fue el lugar donde a los aficionados pericos les tocó volver a vivir una nueva estafa por parte de un árbitro. La expulsión de Bernardo fue una vergüenza. Ese era el único titular que se me pasaba por la cabeza, pero el juego de los jugadores de Abelardo lo evitó, ya que su actuación fue sublime. Pese a que Munuera Montero les tiró a los leones, ellos se sobrepusieron a la injusticia. Aguantaron con una excelente actitud y tuvieron ocasiones para llevarse más que un punto. Una lástima que el colegiado fuera protagonista porque el equipo salió a ganar, y de no ser por ese grave error hubiera tenido serias opciones de lograrlo.
El Espanyol reforzado por el triunfo ante el Alavés y el tropiezo de todos los equipos que están peleando por no bajar, salió al verde con la intención de dar la sorpresa. Tras unos minutos de tanteo, empezó a demostrar que está con confianza y no tardó en crear peligro. En solo diez minutos ya pudo haber inaugurado el marcador, sobre todo con un cabezazo de David López al que respondió Soria metiendo una mano para evitar el gol. El inicio perico dejó buenas sensaciones. Prometía. No habían salido a especular, sino a por el partido. Con una gran actitud habían igualado, e incluso superado, la intensidad que suele aplicar el conjunto de Bordalás.
Punto de inflexión
Pero, un gran error arbitral fue un duro golpe moral para los de Abelardo. El brazo de Bernardo, que tenía despegado del cuerpo, impactó en Damián al ir a por un centro lateral y el charrúa exageró la acción y se tiró al suelo para propiciar la expulsión del colombiano. Grave error que ni el VAR quiso rectificar.
El Espanyol rápidamente intentó superar el golpe y la buena respuesta del equipo, que nunca se arrugó, propició que Abelardo no introdujera ningún cambio. Pese a estar en inferioridad, no renunciaba a atacar y estaba maniatando a un Getafe que no incordiaba el área de Diego López. Con dos líneas de cuatro y Calleri arriba mantenían a ralla al conjunto madrileño. El gran trabajo físico les permitía no sufrir. Tenían las ideas muy claras y seguían apretando arriba, mientras que los locales solo intentaban sorprender en sus contras. Y la valentía pudo tener premio antes del descanso. Entre Calleri y Wu Lei bajaron un balón que caída del cielo y el argentino lo remató desde la frontal del área a las manos de Soria. La volvieron a tener, mientras que los azulones solo avisaron con un disparo de Mata sin trascendencia.
Embarba la tuvo
Con 45 minutos por delante, al Espanyol se le podía hacer largo el partido. Y más cuando el Getafe pareció salir más decidido tras el descanso. Pero tras un aviso de Cucurella, Embarba tuvo la mejor ocasión hasta el momento. Arrancó en tres cuartos de campo, se fue de tres rivales, pero cuando se quedó solo ante Soria remató al muñeco.
A medida que transcurrían los minutos, el Getafe buscaba achuchar más, pero los de Abelardo estaban muy bien posicionados. Tenían muy claro lo que tenían que hacer para llevarse algún punto, incluso no renunciaban a hacer con la victoria en una contra. A poco para el final, el tremendo esfuerzo empezó a hacer mella. Todo podía pasar. Los de Bordalás apretaron y con continuos balones al área buscaron el gol de la victoria. Y este pudo llegar de no ser por Diego López que con dos inmensas intervenciones salvó el empate. Hubiera sido muy injusto, ya que el punto fue más que merecido. ¡Este equipo es otro!
