Poco más de dos meses después de su destitución como técnico del primer equipo del Espanyol, Quique Sánchez Flores ha hablado de su paso por la entidad blanquiazul. El técnico madrileño repasa su vida y su carrera en una extensa entrevista que publica la revista ‘Jot Down’ en su número de julio, el cual salió a la venta ayer domingo. Su infancia, su etapa como futbolista y sus diferentes equipos a los que ha dirigido. El último, el Espanyol.
Sánchez Flores no se ha mordido la lengua y ha dicho todo lo que piensa que en su día no pudo decir. Quique ha ‘rajado’ de lo lindo en una entrevista que tiene mucha ‘chicha’ y en la que no se le ve muy contento con su paso por el club blanquiazul, del que no parece que guarde buen recuerdo. Habla de “proyecto fantasma” y de “sensación de estancamiento”. Palabras que transmiten sensación de no haber estado a gusto en sus casi dos campañas en el banquillo perico. “Debería tener más capacidad para entender los proyectos -el Espanyol-, distinguir cuándo es un proyecto fantasma. No se puede hacer que los proyectos parezcan lo que no son”, aseguró el preparador, en una afirmación contundente que parece un mensaje a la cúpula blanquiazul. Incluso comenta haberse sentido engañado. “La sensación de estancamiento es lo peor que te puede pasar. Este es el primer año como entrenador que tengo sensación de frustración”.
El ex de Watford y Atlético de Madrid, entre otros, sorprende al afirmar que la pasada campaña el objetivo era no perder la categoría; al aficionado se le vendió otra cosa muy distinta. “El año pasado teníamos el objetivo de no bajar y quedamos octavos, pero como se vendió mal el proyecto, todavía había gente quejándose de que no habíamos entrado en Europa”. Sin lugar a dudas, declaraciones que van a dar mucho que hablar. Y es que, teóricamente, el objetivo del primer curso de Quique Sánchez Flores al frente del Espanyol era acabar en el top-10.
Apunta a la plantilla
Tampoco los jugadores, a los que ya culpó en la famosa rueda de prensa de Getafe -aseguró que el equipo “no da para más”, se salvan de la quema en una entrevista llena de ‘perlitas’. “No podíamos jugar a correr, pero tampoco al pie porque algunos jugadores fallaban. Estar indefinidos es un sufrimiento”. A buen seguro que estas palabras no sientan nada bien en el vestuario del Espanyol, donde no despertaba muchas simpatías.
Quique no se guardó nada. Tuvo para todos, e incluso recibió el director general deportivo, Òscar Perarnau. “El punto de inflexión vino con el nombramiento de Òscar Perarnau que, por lo que sea, que no lo sé, hizo que míster Chen ya no tuviera ningún tipo de conexión con el director deportivo y el entrenador”. Así pues, según él, ello propició todo lo que vendría después que acabaría con su despido el pasado 20 de abril antes de visitar al Girona en Montilivi. “En enero me reuní con míster Chen y les dije: ‘me vais a echar como a Pochettino’”, declara. Y sí, la paciencia se le acabó a la directiva espanyolista, pero por los malos resultados y el nefasto juego que proponía un Espanyol al cual un cambio de rumbo le fue más que suficiente para despertar. David Gallego demostró en cinco jornadas que el equipo podía dar mucho más de lo ofrecido a lo largo del curso.