El Espanyol fue fiel a sí mismo. Necesitaba el triunfo para proclamarse campeón, pero cuando lo tenía todo de cara fue incapaz de ofrecer su mejor versión para ganar el partido. Se complicó la vida al más puro estilo perico, sufriendo más de lo esperado y siendo incapaz de remontar el gol inicial del Tenerife. Tras dos años de mucho sufrimiento, los espanyolistas parecen que necesitan más pruebas de entereza para poder levantar el título. No aprenden y ahora se tendrán que jugar el primer puesto en el campo de un Alcorcón que, quizás, aún no haya logrado la salvación.
Una victoria le daba el título al Espanyol sin tener que mirar otros resultados. Los blanquiazules solo dependían de ellos mismos y dejaron buenas sensaciones en el arranque, pero el Tenerife supo aprovechar muy bien su primera aproximación. Shashoua, en la primera aproximación visitante, se internó por la derecha, su centro fue despejado, pero el esférico le cayó a Pomares en la frontal del área y con un zurdazo inauguró el marcador. A las primeras de cambio el partido se ponía cuesta arriba. Tocaba remontar para conquistar el campeonato. Pese al mazazo, los de Vicente Moreno parecieron no venirse abajo. Embarba con un disparo de falta y Vargas, con un cabezazo forzado, buscaban la reacción, aunque no podían descuidarse en defensa, ya que el Tenerife no renunciaba a ampliar su renta. Y Shashoua, en el 13’, obligó a volar a Diego López para evitar el segundo.
Espesor en el verde
El partido estaba abierto, pero al Espanyol le faltaba contundencia en la mayoría de sus acciones. No era el equipo de la semana pasada en Ponferrada. No acababa de crear peligro y cuando llegaba era con disparos algo forzados como el de Melendo en el 25’. El canterano remató algo forzado un buen centro de un Pedrosa que estaba siendo todo un incordio para la defensa chicharrera con sus incursiones por banda. A los blanquiazules no se les veía nada finos. Carecían de movilidad, ya que estaban demasiado estáticos y no conseguían hacerse con el control ni inquietar la meta rival. No había la sensación, como en otros encuentros, de que el gol acabaría llegando, ya que pocas cosas estaban funcionando. Mientras, el Tenerife, sin nada en juego más allá que competir, buscaba las cosquillas a la zaga perica.
Vicente Moreno movió el banquillo en el descanso, dando entrada a dos de las revelaciones del curso: Puado y Nico. La sensación era de querer ir a por el partido y en el 49’ Dimata cabeceó al larguero. La ocasión más clara hasta el momento para los pericos. Con más corazón que cabeza, el Espanyol buscaba el empate y Nico remató un poco desviado en el 57’.
Regreso a lo grande
Con media hora por delante, De Tomás volvía tras tres partidos. Y solo necesito dos minutos para que en su primer balón empatara el partido. ¡Qué golazo! El Pichichi recibió en la frontal del área, levantó la vista y armó la pierna para colar el esférico casi en la misma escuadra. Y solo un minuto después, Serrantes se lució ante un remate a bocajarro de Puado desde dentro del área pequeña. Los de Vicente Moreno iban a más, mientras que los de Ramis empezaban a acusar el esfuerzo. En el añadido Serrantes evitó el tanto tras un gran disparo de Embarba. De Tomás había salido al rescate, pero no fue suficiente. El título deberá seguir esperando.