Estas son las notas uno por uno de los jugadores del Espanyol tras la derrota ante el Rayo Vallecano en el disputado en el RCDE Stadium y correspondiente a la jornada 33 de LaLiga Santander 2021-22:
Tierno. Muy blando en el gol rival, en el que fue incapaz de blocar un balón sencillo. En la jugada anterior pudo hacerse daño en un choque con Cabrera.
Desgasado. Empezó activo y aguantando a su par, pero fue a peor. Tuvo graves pérdidas que ocasionaron peligrosas contras. Muy mal tras el descanso.
Convincente. Bien al corte y sacando el balón jugado, no se complica y siempre escoge la opción más lógica. Solo superado por Guardiola en una ocasión y se recuperó.
Defensor. Qué bien lo hace cortando los balones y qué desacertado está sacando el cuero desde atrás. El gol del Rayo le pilló saliendo de la cueva.
Enérgico. El lateral zurdo fue uno de los más peligrosos con sus incursiones por banda, aunque no siempre fueron acertadas. Tampoco sus centros, ya que apenas pudo poner un par en el interior del área. De todos modos, no dejó de intentarlo con su velocidad, mientras que en defensa se mostró serio y aguantó con acierto a sus rivales, estando siempre en el lugar adecuado y apoyando a sus compañeros de la zaga.
Peleón. La lucha personificada. Dio el susto en el 21’ al tener que retirarse del verde, pero regresó. El cazador cazado, porque le dieron hasta decir basta.
Lento. Ralentizó el juego en exceso y cuando parecía que salía a la contra, lo frenaban con falta. Perdió algún balón peligroso, aunque tuvo recuperaciones atrás.
Cubierto. No encontró líneas de pase y estuvo muy incómodo, siempre tapado. Trató de generar juego, pero sin peligro. Buscó a De Tomás sin éxito alguno.
Escaso. Trató de entrar en juego y dejó algún detalle de calidad, como un gran pase a RDT al filo del descanso, pero poco más. Sin oportunidades en la segunda.
Impaciente. El más activo en la primera mitad, bajando a por el balón para iniciar jugada y ayudar en zona defensiva. Una vez arriba ya no tenía gasolina para más.
Adormecido. Mucho menos de lo que nos tiene acostumbrados, y aun así tuvo el gol en sus botas antes del descanso. Lleva unos partidos lejos de su mejor nivel.
Frío. Salió con ganas, pero desapareció con el paso de los minutos.
Desconocido. No se encontró sobre el verde.
Estéril. Peleó, pero a su manera. Sin sangre.
Frágil. No supo aguantar el centro del campo.
Superado. No supo cambiarle la cara a un equipo que nunca mordió. Iraola le ganó la partida y tardó en exceso en mover el banquillo. Incapaz de dar la vuelta a la dinámica del duelo.