Un penalti injusto, cuya acción habría que revisar en el reglamento, fue el principio del fin, ya que empezó a cambiar el signo de un partido que el Espanyol solo supo jugar hasta ese momento. El empate hizo mucho daño a los blanquiazules, condicionó claramente el resto de partido e hizo que se viera la diferencia que hay entre ambos equipos. Los espanyolistas nunca tuvieron capacidad de reacción y acabaron desquiciados, tocados y pitados. Cerraron un pésimo mes de enero y volvieron a escuchar los silbidos de su afición. La primera crisis tras regresar de Segunda ya está servida y el parón de la próxima semana se hará muy largo.
Vicente Moreno insistió con los tres ‘peloteros’ pese a recuperar a Keidi Bare. El Espanyol salió con Darder, Morlanes y Melendo para intentar tocar rápido y salir con peligro a la contra. Desde el pitido inicial quedó claro que sería un partido abierto y el Espanyol empezó avisando con un remate de RDT.
El partido se pone de cara
El plan de partido estaba claro. Los de Pellegrini llevaban la iniciativa ante un Espanyol que confiaba en sorprender por velocidad. Los dos conjuntos estaban eléctricos en ataque, imprimiendo un gran ritmo. Y en su segunda llegada con criterio, el Espanyol sorprendía. Una gran combinación de los blanquiazules, en las que esperaron hasta encontrar un espacio, terminó con un gran centro de Óscar Gil y un remate certero de Raúl de Tomás. Los de Vicente Moreno abrían la lata. Habían hecho lo más difícil y el partido se les ponía de cara.
Con ventaja en el marcador, los pericos siguieron cediendo el esférico a los béticos y esperaban su momento para salir con peligro. Se mostraban muy seguros atrás y contenían sin demasiados problemas las triangulaciones que proponían William Carvalho y Guido Rodríguez. El Espanyol se sentía cómodo. Hacía lo que sabe hacer ante un rival que continuaba insistiendo, aunque sin inquietar.
Cambien el reglamento
Pero en una acción de mala suerte, todo empezó a cambiar. El VAR avisó al colegiado y señaló unas manos inofensivas dentro del área de Aleix Vidal que se cargaron el partido. En una acción involuntaria, el ‘22’ perico, en su intento de apartar el brazo, vio como el esférico le tocaba en la mano cuando se iba fuera. No tenía la mano en posición natural, pero el esférico le dio sin querer. Un regalo del reglamento que supo aprovechar Borja Iglesias para empatar el partido y que este comenzara a tener otro guion.
El tanto del empate fue un auténtico jarro de agua fría para los espanyolista. Quedaron tocados. Y más cuando poco después Guido aprovechó un córner mal defendido para darle la vuelta al marcador. Fekir botó el saque de esquina y el argentino, solo remató muy fácil para darle la vuelta al marcador.
El Espanyol tenía que arriesgar más tras el descanso. No le quedaba otra, aunque eso era muy peligroso al tener delante un equipo de tanta calidad y recursos. El partido seguía teniendo un alto ritmo y los pericos sufrían. Los béticos querían la sentencia y Diego López la evitó al sacar el remate de Juanmi en el 52’. Pero no pudo hacer nada ante un remate a bocajarro de Borja. ‘El Panda’ aprovechó una asistencia de espuela de Canales para romperla ante Diego López.
Con el 1-3, el Espanyol se fue del partido. No tuvo capacidad de reacción. Embarba perdonó el segundo y Willian José anotó el cuarto y dejó el partido totalmente sentenciado. Y el desastre acabó con RDT autoexpulsándose. Pintan bastos en el RCDE Stadium.