Rubi pasó por el FC Barcelona con el objetivo de progresar en sus conocimientos en los banquillos y tras la insistencia de Tito Vilanova, así lo recuerda en ‘As’ el actual entrenador del Espanyol: «Trató de ficharme para el Figueres la temporada 2003-04, pero ahí decidí irme al Sabadell».
En 2012, Rubi admite que recibió una segunda llamada para recalar en Can Barça: «Primero, tenían que irse del club unas personas que finalmente no se fueron. Y después, ese verano me ofrecieron ser el primer entrenador del Girona, tras haber ayudado a salvarlo».
Y hubo un tercer intento: «Me volvió a llamar. Ahí me surgieron muchas dudas, pues acababa de asomar la cabeza como entrenador. Pero pensé que era una oportunidad muy buena porque yo no había estado nunca en Primera, y trabajar en un club con un engranaje tan fuerte solo podía ayudarme a mejorar. Por eso decidí ir para allá». Sin embargo, Tito Vilanova recayó de su enfermedad y «solo pudimos trabajar juntos una semana. Con Tito tenía unas funciones muy claras en el cuerpo técnico. Luego llegó el ‘Tata’ Martino y, aunque el trato fue excelente, mi trabajo era hacer lo que él me pidiera, ya fuera prepararle una jugada a balón parado, mirarle determinado vídeo…».