Volvió a ocurrir lo que tantas veces ha ocurrido esta temporada: el Espanyol se adelanta y le igualan el encuentro. De los últimos once partidos, los de Rubi han empatado seis -tres de ellos en las últimas tres jornadas-, y en todos ellos marcó el primer gol. Un problema ya conocido y que se ha agudizado en la recta final de campeonato, justo cuando todo está en juego. Los duelos ante el Betis son un ejemplo de lo que está siendo el cuadro espanyolista esta campaña: los blanquiazules han disputado cuatro encuentros frente a los verdiblancos este curso y se han adelantado en todos ellos, empatando tres -sin contar la prórroga que eliminó a los pericos de la Copa del Rey- y cayendo en otro. Un mal endémico.
Se trata de un problema que urge solucionar. “El rival también juega”, dijo Rubi en rueda de prensa. Es una obviedad, pero ya es casualidad que al equipo le haya ocurrido lo mismo hasta en 12 ocasiones esta campaña.
Maldita ‘zona Cesarini’
Los últimos minutos de un partido suelen ser locos, y más si el marcador es ajustado. Es la llamada ‘zona Cesarini’, esa que tantas y tantas veces ha cambiado la historia del fútbol, los campeones y los grandes perdedores. Una de las grandes alegrías espanyolistas, la salvación con el gol de Coro, ocurrió en dicha zona, ya casi sobrepasándola, incluso.
Pero esta campaña el equipo dirigido por Rubi no está sabiendo manejar los encuentros en dichos minutos, en el tramo final del duelo. La citada locura final no está siendo controlada por el equipo, algo que llama la atención teniendo en cuenta que el Espanyol propone este curso un juego de toque y de posesión. Cuando más hace falta tener la pelota, dormirla y asegurarla, es cuando más daño le están haciendo al cuadro blanquiazul.
Y es que el Espanyol ha recibido hasta nueve goles a lo largo de la campaña a partir del minuto 85, los cuales se reparten en siete partidos; en dos de ellos ha encajado dos dianas. Sin estos goles, el cuadro blanquiazul tendría seis puntos más y estaría metido de lleno en la pelea de la que el equipo prácticamente se despidió en el Benito Villamarín, la europea.
Pero es que si alargamos esta zona hasta los últimos diez minutos de encuentro, hemos de añadir cinco tantos más recibidos, aunque en este caso la estadística no es tan dolorosa, puesto que solo uno de ellos sirvió para perder puntos, el empate en San Mamés ante el Athletic (1-1). Un Espanyol que se desinfla con el paso de los minutos y que no sabe cerrar los partidos parece que ahora sí que dice adiós definitivamente a su sueño, a pesar de que éste se está resistiendo a alejarse.