Una vez más el Espanyol no supo, o no pudo, cerrar un partido y se cayó de tren europeo. El empate, acompañado de la victoria del Athletic en Butarque, deja la ilusión europea a 6 puntos con solo 12 por disputarse. Los blanquiazules desaprovecharon el enésimo partido con ventaja, una situación que se ha repetido demasiadas veces esta temporada y que ha costado muchos puntos. Ante el Celta, el equipo ofreció una buena imagen durante bastantes minutos, pero un nuevo error, al ir a buscar el segundo tanto, dejó la defensa desguarnecida y los gallegos lo aprovecharon para empatar en una contra. Fue un duro golpe para los pericos que desaparecieron del campo y pudieron acabar perdiendo.
Mucho en juego
El Espanyol afrontaba el encuentro con el objetivo de lograr un triunfo que le permitiera seguir ilusionándose con la séptima plaza, mientras que el Celta sabía que era un duelo clave en su lucha por certificar la permanencia. Y los gallegos salieron presionando muy arriba. No querían renunciar a nada y pronto pudieron empezar a encarrilar el partido. Los espanyolistas parecían sorprendidos y no encontraban su sitio en el verde. En el 3’, Diego López tuvo que enmendar un mal despeje de Dídac y lucirse ante Hugo Mallo. Aspas filtró un pase y el capitán se encontró con el meta gallego.
Pero el conjunto de Rubi reaccionó bien al golpe y tuvo dos buenas ocasiones. En el 5’, un buen centro de Wu Lei lo remató Borja Iglesias ajustado al palo, mientras que en el 7’, el delantero asiático llegó forzado a un centro de Dídac. Pese a estas dos buenas ocasiones, los blanquiazules no lo estaban pasando bien. Les duraba muy poco el esférico. Con un 4-4-2 bastante definido parecían más pendientes de sorprender en una contra que de discutirle la posesión al conjunto celeste. Pero con el paso de los minutos, el Espanyol empezó a calmar el panorama. Empezó a tener el esférico y esto se notaba positivamente. Y tras un centro chut de Dídac, al que no llegó nadie, Wu Lei no tardó en inaugurar el marcador.
Vuelva Wu Lei
Pase atrás de Melendo, toque de mucha clase de Marc Roca por encima de la defensa para dejar solo al atacante asiático, que le ganó la espalda, para con un remate espectacular superar a Rubén. Golazo y celebración a lo Tamudo besándose el escudo.
Con el marcador a favor, el conjunto de Rubi ofreció un buen nivel. Estaba con confianza y se adueñó del partido, cambiando por completo la posesión del inicio. Se soltó y recordaba al mejor Espanyol de la temporada. Manejaban el balón a su antojo ante un rival que parecía acusar el golpe. Y en medio de estos buenos minutos, Wu Lei cayó en el área, pero tras ser revisada la acción por el VAR, el colegiado no la consideró punible.
Inicio trepidante
El arranque del segundo tiempo fue casi calcado al del primero, con un Celta estirado buscando la igualada, aunque dejando espacios a su espalda que intentaban aprovechar los centrocampistas pericos. En su primera llegada, en el 50’, Iago Aspas remató al palo, Maxi López cazó el rechace en el punto de penalti, pero su remate lo despejó con los pies Diego López. El gallego volvía a evitar el tanto celeste.
Como la mejor manera de defenderse no es esperando, sino atacando, los de Rubi fueron a por la sentencia. Sabían que un tanto dejaba el partido muy bien encarrilado. Tras un gran disparo de Marc Roca que Rubén desvió a córner, en el posterior lanzamiento de Granero, Mario Hermoso cabeceó al larguero. Al igual que el domingo en el Ciutat de València, el madrileño tuvo el tanto de la tranquilidad, pero le faltó fortuna.
El partido estaba muy bonito. Había intensidad, continuas llegadas a ambas áreas, aunque era el Espanyol el que daba más señales de peligro. Estaba muy metido buscando el segundo, pero un error lo cambió todo. Un contragolpe pilló al equipo descolocado y Maxi no perdonó. Su gol dejó a los pericos tocados y el uruguayo tuvo dos buenas ocasiones para firmar la remontada. El Espanyol había desaparecido del verde, perdió el norte y todas sus opciones de soñar con Europa.