El Espanyol se ha alzado con el trofeo de campeón del ’37 Costa Brava’ después de imponerse por 0-2 al Girona en un partido que se ha resuelto, claramente, en la segunda mitad. Stuani ha conseguido los dos goles blanquiazules y Kiko Casilla, al detener un penalti, ha evitado que el marcador se moviera en la recta final.
Aguirre volvió a recuperar la idea de competir don dos equipos totalmente diferentes y colocó en Montilivi un once para cada parte. Lo más llamativo fue ver el debut de Sidnei que, pese a los pocos entrenamientos que suma junto a sus nuevos compañeros, ofreció seguridad detrás, velocidad en el corte y dosis de intencionalidad en pases lejanos.
El Girona salió con intención de ratificar, ante su afición, las buenas sensaciones que dejó la temporada pasada. Apretó y tensó el ritmo durante los primeros minutos de juego en los que Bordas, por ejemplo, puso a prueba a Germán. Sin embargo, conforme avanzaba el reloj, el Espanyol fue asentándose sobre el terreno de juego y comenzando a dominar, no sólo territorialmente, sino en aproximaciones a la portería contraria. El último cuarto de hora fue claramente de color visitante. Un rechace de Migue, con rebote incluido , se paseó por delante de la portería de Isaac Becerra. A partir de ahí, más ocasiones blanquiazules. Cristian Gómez remató ajustado al palo y Lanzarote, en una buena acción individual rozó la escuadra del Girona. Un último remate de Sergio García, ligeramente alto, condujo a los equipos al descanso.
El nuevo ‘once’ blanquiazul volvió a encontrarse con un Girona fogoso de salida, pero bien controlado atrás por los de Aguirre. Y poco a poco el juego volvió a caer del lado españolista. Stuani dio el primer aviso, en el 55, con un remate ligeramente alto sobre la salida de Becerra. Tres minutos después encontró el premio, tras un centro de Clerc, para poner el 0-1 y un par de minutos después, un pase en profundidad de Víctor Sánchez, lo volvió a aprovechar para superar sin problemas al meta del Girona en su salida. El 0-2 ratificó el dominio y la confianza del Espanyol y provocó un carrusel de cambios en los locales que permitieron un nuevo empujón anímico al equipo que no se concretó más que en un chut desviado de Carmona. Stuani volvió a tener una nueva ocasión, pero su lanzamiento se escapó alto.
Casi sobre la bocina, Colotto derribó a Juncà sobre la línea del área. El penalti lo lanzó fuerte Richy, pero Kiko Casilla adivinó perfectamente el chut del jugador del Girona y evitó que se moviera el marcador.