Sergio González tiene clara la lectura del partido: “Si competimos y ponemos intensidad, somos un buen equipo. Si no, somos un equipo normal”.
Los locales se encontraron con el choque de cara desde el inicio con el gol de Richy en una falta desde el vértice del área. El balón tocó en Montañés y despistó a Pau. El Girona quería reencontrarse con su afición y fue fiel a los argumentos futbolísticos que casi le llevan a Primera: presión constante y velocidad en ataque. El Espanyol tenía más posesión y Víctor Sánchez y Javi López lo intentaron, pero la más clara fue para Salva Sevilla, que estrelló un disparo en la escuadra.
Los de Pablo Machín se adaptaron mejor a un campo pesado y resbaladizo por la lluvia en el objetivo de incomodar el juego blanquiazul y en la segunda mitad, Sergio movió el banquillo para tener más consistencia. Un objetivo que no se acabó de lograr y en la salida de un córner y después de varios toques de cabeza, Lejeune marcó. Poco después una internada de Felipe Sánchón motivó el penalti de Duarte y el tanto del mismo Sánchón.
Al final, el míster expresaba que “este partido nos va bien. Estábamos haciendo una pretemporada muy buena y esto hizo que nos relajásemos. Y cuando te despistas un poco, pasan estas cosas”.
Una percepción con la que coincidía Arbilla, “nos tenemos que poner las pilas, porque esto no va a ser un paseo”. Caicedo indicaba que “ha sido un partido un poco extraño. No esperábamos este resultado, pero ahora a pensar en la Liga, que es lo que interesa”. El debutante Enzo tenía una sensación agridulce, “bien por los minutos, mal por el resultado”. 2