Más allá de la necesidad de revertir la situación tras dos derrotas, no hay motivos para alarmarse, el Espanyol tiene ante sí un tramo clave del calendario. Aunque complicado. Por lo tanto tiene una buena prueba para medir sus aspiraciones reales, que son altas. Aunque será para Navidad cuando podremos ver si este conjunto de Rubi puede seguir en los puestos de privilegio o bien si se deshincha un poco.
La cuestión es que ahora los blanquiazules deberán medirse al Getafe, previo a disputar dos encuentros seguidos en el RCDE Stadium: jugarán el derbi y en la siguiente jornada les visitará el Betis, casi nada. Pero por si fuera poco, antes de las vacaciones navideñas visitarán al Atlético.
La derrota ante el Girona escoció, por lo que el equipo volverá más fuerte que nunca a la carga en busca de resarcirse y olvidar la oportunidad perdida de dar un golpe definitivo sobre la mesa. Gran parte de las aspiraciones de acabar el año en una nube pasan por volver a ser fuertes en casa y eso es precisamente lo que buscará un Espanyol que ayer, antes del entrenamiento, tuvo charla del míster y se hizo autocrítica.