A diez días para regresar al trabajo, los responsables deportivos tienen muchos frentes abiertos. En el club se confiaba en llegar al inicio de la pretemporada con gran parte de la plantilla confeccionada, ya que antes de acabar el campeonato ya se tenían las líneas marcadas por lo que se refiere a refuerzos, pero no está siendo posible. Pese a haber hablado directamente con la mayoría de los futbolistas deseados, el límite salarial está retrasando la llegada de estos. Y este problema está provocando que la plantilla esté descompensada. Si el año pasado a estas alturas el club solo había hecho oficial los fichajes de Roberto y José Antonio Reyes, ahora solo ha cerrado la vuelta de Sergio García.
De todas formas, pese a que los refuerzos se resisten, el club ha atado a tres jugadores de su columna vertebral: Diego López y Pablo Daniel Piatti, que estaban cedidos y han firmado hasta 2020, y se compraron todos los derechos federativos de Leo Baptistao, cuyo contrato finaliza en 2021.
Cojos atrás
Siempre se ha dicho que lo más importante en un equipo de fútbol es tener un gran portero que sume puntos y un goleador que te ayude a ganar partidos. Y el Espanyol, en este aspecto, no se puede quejar, ya que tiene a toda una garantía bajo los palos y un ataque que asegura un buen número de goles por temporada. Pero, para que el arquero presente unos buenos registros necesita estar bien protegido. Y aquí, a día de hoy, el conjunto de Quique Sánchez Flores anda algo cojo. Mejor dicho, la situación es preocupante. El técnico, a la espera de que se solucione el futuro de Diego Reyes, solo tiene cinco zagueros de cara a la próxima temporada y dos de ellos, Óscar Duarte y Javi López, se encuentran lesionados. El central no estará disponible hasta finales de año, mientras que el capitán se ha entrenado durante sus vacaciones para poder ser uno más a la vuelta al trabajo. El otro defensa disponible es el polivalente David López.
Ante este panorama, no hay duda de que el equipo necesita dos centrales más y un lateral izquierdo que, en principio, ha de ser Dídac Vilà, que ya tiene un principio de acuerdo con el club y está a la espera de solucionar su situación con el AEK de Atenas.
A diferencia del año pasado, de cara al próximo curso la plantilla debería ser un poco más equilibrada para poder tener más opciones en el juego y aumentar sus posibilidades de dar un paso más en el proyecto para luchar por Europa.
Faltan piezas clave
Por lo que se refiere al centro del campo y la delantera, aunque todas las posiciones están prácticamente dobladas, hay algunas que necesitan refuerzos para presentar más variantes y poder presentar un once más ambicioso. El técnico quiere un equipo que gane en presencia física, ya que considera que el año pasado algunos rivales se impusieron en esta faceta, pero, al mismo tiempo desea aumentar la calidad del grupo. Y en este aspecto, una de las prioridades es la llegada de un mediocentro organizador para que lleve la manija del equipo. Tras escaparse las primeras opciones, se sigue trabajando en la llegada de un jugador creador y de un delantero de calidad, aunque para ello hay que traspasar algunos futbolistas que no cuentan.
La salida de Roberto, Caicedo, Diop, Hernán o Álvaro serían clave para poder reforzar el equipo y tener una plantel mucho más equilibrado en todas sus líneas.
Hacen falta dos centrales mínimo, yo no cuento con Reyes, lo veo un robo 7M por alguien que acaba contrato el año que viene.