Una vez cerrado el mercado de invierno, en el que, a diferencia de otros equipos, podemos decir que el Espanyol ha salido bien parado porque se ha reforzado sin poner un euro, toca centrarse en el caso Verdú.
A día de hoy, todo el mundo da por segura su salida del club perico. Catalunya Radio fue más lejos e informó, hace una semana, de que ‘El geni de l’Eixample’ ya había llegado a un acuerdo con el Atlético de Madrid. El jugador lo desmintió, pero los pericos estamos muy escocidos por un caso muy parecido: el de Álvaro Vázquez. En el caso del de Badalona, el club repitió, una y otra vez, que el jugador no quería renovar y el jugador, por su parte, insistía en que quería seguir en el club de sus amores y que era el Espanyol el que no le presentaba una propuesta de renovación. Para colmo, el presidente del Getafe dijo, sin tapujos, que el tema estaba cerrado desde enero del año pasado.
Este cruce de declaraciones no beneficia a nadie. Cuando el consejo insiste en que el jugador no quiere renovar da la sensación de que le quiere echar encima al público. Y el jugador se defiende jurando y perjurando que su prioridad es quedarse, para evitar la ira de la grada. Curiosamente, a Verdú ya le ocurrió algo parecido en el Dépor, allí también querían que se quedara, pero a diferencia, en aquella ocasión, el jugador dejó muy clara su intención de abandonar A Coruña.
Hasta aquí el rifi-rafe que conlleva cualquier negociación y en el que los criterios económicos parecen primar. Pero tratándose de un equipo de fútbol la prioridad siempre debería ser la deportiva y el Espanyol no tiene una alternativa real para la posición del ‘10’ perico. Joan Verdú sigue teniendo mucho fútbol en sus botas y es, sin duda, uno de los jugadores de más calidad de la plantilla.
Parece que la dirección deportiva volverá a sentarse a negociar en breve con el representante del jugador. Espero que no sean fuegos artificiales y de la siguiente reunión salga una solución definitiva, tanto si es para confirmar que sigue como si es para comunicar que se va. Pero no dejemos pudrir la situación porque puede ser perjudicial para todos.