Los errores defensivos siguen ‘matando’ al Espanyol. Los de Abelardo no merecieron perder en el Nuevo Los Cármenes pero, una vez más, fueron víctimas de sus propios fallos. Se adelantaron en el marcador e hicieron méritos para puntuar, incluso para ganar, pero vieron como el Granada le daba la vuelta al marcador más por demérito suyo, que por méritos del rival. Acabaron asediando el marco local, teniendo ocasiones para marcar, pero volvieron a darse de bruces con la realidad y desperdiciaron una gran oportunidad para acercarse bastante a la salvación.
El partido empezó igualado, sin un claro dominador, ya que ambos equipos preferían ver qué hacía el rival. El primer aviso local no tardó en llegar, aunque no tuvo continuidad. En el 8’ Carlos Fernández cabeceó solo en el punto de penalti y su remate salió ajustado al palo.
Con el paso de los minutos el Espanyol empezó a presionar mejor e instalarse cada vez más en campo nazarí. Al partido le faltaba ritmo por culpa de las continuas interrupciones, pero poco a poco se fue animando. El Espanyol empezó a asomarse en ataque. Embarba intentó sorprender desde la frontal y De Tomás remató de primeras, pero su disparo salió alto. Y Sergi Darder no tardó en coger protagonismo recuperando balones y apostando por un juego vertical. En una acción de lucha y calidad inició la jugada que acabó en penalti. Robó en la línea de tres cuartos y asistió a un R.D.T. que encaró a Domingos Duarte y este le derribó dentro del área. El colegiado, después de que el VAR revisara la acción, señaló el punto de penalti. De Tomás, tras una disputa con Calleri por lanzar la pena máxima, asumió la responsabilidad. Engañó a Rui Silva y puso al Espanyol por delante en el marcador.
Del 0-2 al empate
El gol no sentó nada bien a los locales y el partido se calentó. Desde la acción de la pena máxima, los nervios estaban a flor de piel. Y pudieron ir a más, ya que los de Abelardo estuvieron cerca de volver a golpear. En el 36’ Darder remató alto, solo dentro del área aunque algo forzado, un centro de Calleri, similar al que hizo en La Cerámica. Y solo un minuto después, R.D.T. puso a prueba al meta portugués con un remate que desvió a córner. Eran los mejores minutos de los blanquiazules, que estaban desatados en ataque con oportunidades para encarrilar más el partido. Pero el fútbol no entiende de méritos y cuando mejor estaban llegó el empate nazarí. Un error defensivo, provocó un desajuste en la zaga, y Carlos Hernández asistió a Machís para que superara a Diego López con un disparo raso. Otra vez un error en la zaga se pagaba muy caro en un momento en el que los pericos estaban haciendo méritos para poner más tierra de por medio.
Dura vuelta al verde
Si el primer tiempo acabó mal, el arranque del segundo tiempo fue muy duro. Cruel. No se había cumplido ni un minuto cuando los locales sacaron petróleo de un grave error de Naldo. El brasileño intentó cubrir un balón, pero vio como incomprensiblemente Machís le robó el esférico y asistió a Carlos Fernández para que anotara el segundo.
En un nuevo fallo se tiraba por la borda el buen trabajo que se había realizado hasta el momento. Los blanquiazules se rehicieron y se fueron a por el empate. De Tomás cabeceó al palo, y Embarba y Calleri tuvieron el gol cerca . El asedio era constante. Merecían más, pero el Granada apostó por el otro fútbol. Perdió tiempo, cortó el juego como pudo y privó a los pericos de sumar por cuarta jornada consecutiva.