En el fútbol hay frases que suenan a tópico, pero que siguen clavando verdades como puños. Una de ellas es esa que dice que “quien tiene gol, tiene un tesoro”. Pues bien, el Espanyol ha encontrado el suyo y se llama Javi Puado. El capitán perico no solo está tirando del carro en esta temporada de montaña rusa, sino que además se ha subido al tren de los goleadores top… y sin billete de vuelta.
Con 10 goles en 28 jornadas de LaLiga, Puado no solo está firmando su mejor curso como profesional, sino que ha conseguido meterse en un club muy selecto: el de los delanteros del Espanyol que la han liado a estas alturas de la temporada en los últimos seis años. Solo dos lo lograron antes: Raúl de Tomás, que en la 2021-22 ya llevaba 14, y Joselu, que en la 2022-23 sumaba 12. Así que sí, ya come en la misma mesa que RDT y Joselu. Y lo hace con todo merecimiento.
El “10” blanquiazul está de dulce. Lleva dos jornadas seguidas marcando (Atlético y Rayo Vallecano) y es, a día de hoy, el cuarto máximo goleador español de la competición. Por delante solo tiene a Kike García (11), Ayoze Pérez (12) y Oihan Sancet (13). Vamos, que está en plena pelea por el trofeo Zarra y no se baja del ring. Y ojo, porque Ayoze y Sancet son habituales en las listas de Luis de la Fuente. ¿Va tocando una llamadita para Puado? Pues sí, la verdad.
“Está en su plenitud”, se comenta en los pasillos del club. Y se nota. A sus 26 años, ha explotado justo cuando más falta hacía. Se ha echado el equipo a la espalda, se ha puesto la capa de capitán y ha dicho: “Aquí estoy yo”. Y lo cierto es que se nota. No hay techo a la vista.
Eso sí, y esto ya es tema delicado, su contrato acaba el 30 de junio. Y cada semana que pasa sin que haya avances en su renovación, el runrún crece. Desde el club se transmite calma, y él también intenta no generar ruido. Pero la realidad es que, si nadie mueve ficha, en verano se puede ir… y gratis. Un drama para un Espanyol que necesita mantener a sus referentes si quiere estabilizar el proyecto.
Y claro, aquí nos viene el déjà vu. Porque los dos últimos que se llevaron el Zarra con la camiseta del Espanyol acabaron volando. RDT se fue tras marcar 17 goles en la 21-22, empatado con Aspas. Y Joselu hizo las maletas después de sus 16 dianas en la 22-23. ¿Se repetirá la historia con Puado?
Desde el club se quiere remar para que eso no pase. Primero, lograr la permanencia. Luego, convencerle de que este equipo puede seguir creciendo con él. Pero el foco empieza a molestar. Porque cuando alguien brilla tanto, es difícil que pase desapercibido -el último en fijarse en él, el Atlético de Madrid-. Y más si su contrato está a punto de caducar.
Por ahora, lo único seguro es que Puado está a la altura de los mejores. Come en la mesa de RDT y Joselu. Y lo hace con los codos bien apoyados, sabiendo que se ha ganado el sitio. Porque el gol, amigos, es un tesoro. Y Puado, el nuestro.