El capitán del Espanyol, Javi Puado, no volverá a pisar el césped en casi dos meses. La entorsis de rodilla que sufrió en el entrenamiento de ayer le provocó un esguince con afectación del ligamento cruzado, aunque sin llegar a rotura. Una buena noticia dentro de lo malo, porque se evita el quirófano, pero igualmente es un golpe tremendo para Manolo González. El tratamiento será con factores de crecimiento y la previsión apunta a unas ocho semanas fuera de los terrenos de juego.

La semana más dura del capitán
El mazazo llega en el peor momento posible para el delantero barcelonés. El pasado domingo ya fue protagonista negativo al fallar un penalti contra el Betis en el último suspiro del partido, una acción que habría dado un punto al Espanyol y que mantendría la imbatibilidad en Cornellà. Ese error hizo que un sector de la afición el más crítico con Puado– levantara la voz pidiendo banquillo para él. Y, como reza el dicho, cuidado con lo que deseas, porque a veces se cumple. Ahora, sin quererlo, tendrán la oportunidad de ver al equipo sin su capitán en el once inicial.
🎙️Javi Puado, sobre el penal fallat a l’últim minut
🗣️ “Abans marcava tots els penals i ara sembla que no estic molt fi”
💪 “No em fa gens de por llençar-los”#GolaGolE3
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— Esport3 (@esport3) October 5, 2025
El jugador mejor pagado, bajo examen constante
Desde que renovó este verano hasta 2030, elevando además su ficha y convirtiéndose en el jugador mejor pagado de la plantilla, cada acción de Puado ha sido mirada con lupa. Los penaltis fallados -aunque el de Anoeta finalmente lo envió al fondo de la red en la repetición- y alguna actuación discreta han encendido a parte de la grada, que exige más de quien consideran su futbolista franquicia. Pero los números hablan: ocho partidos oficiales esta temporada, todos como titular, más de 660 minutos jugados y dos goles decisivos contra la Real Sociedad y el Valencia.
Intocable para Manolo González
Si hay alguien que siempre ha confiado en Puado, ese es Manolo González. Desde que llegó al banquillo, el técnico lo ha alineado de inicio en prácticamente todos los encuentros. No es casualidad: bajo sus órdenes, el “7” blanquiazul suma 20 goles en 57 partidos. Además, su peso va mucho más allá de las estadísticas. Es un líder natural en el vestuario, un canterano que conoce el club y que representa a la afición sobre el césped.
Un vacío en el ataque
La lesión obliga a Manolo a mover fichas. Contra el Betis, el ataque estuvo formado por Puado, Tyrhys Dolan, Pere Milla y Roberto Fernández. Sin el capitán, veremos quién asume el protagonismo, y si el técnico gira hacia un esquema algo distinto para equilibrar la ausencia de su futbolista más determinante.
El calendario no espera
El Espanyol tiene parón por selecciones y no volverá a competir hasta el 17 de octubre frente al Oviedo, en el Carlos Tartiere. Será el primer examen de un equipo que, pese a los altibajos, ha sumado 12 puntos en 8 jornadas. Una buena base, pero que ahora tendrá que consolidarse sin su capitán.
Un símbolo que se echará de menos
Lo más duro de esta baja no son solo los goles o las asistencias que deja de aportar Puado, pese a que muchos lo miden únicamente por esos datos. Es su presencia, su carácter, su manera de arrastrar al equipo cuando más lo necesita. Por eso, más allá de lo deportivo, la lesión se vive como un jarro de agua fría en el vestuario y en la grada. Ocho semanas sin su líder natural es mucho tiempo, y ahora toca comprobar si el Espanyol puede sobrevivir a esa ausencia.



