Raúl de Tomás, RDT para los amigos, vuelve a cruzarse en el camino del Espanyol. Y lo hace en Vallecas, donde intenta recuperar su mejor versión, esa que lo convirtió en ídolo perico. El Rayo será el rival de los blanquiazules este viernes, pero más allá de los puntos, hay una historia que sigue sin un cierre definitivo.
El título de esta canción de la semana no es casualidad: “Vuelve al ruedo, RDT”. Porque si algo ha dejado claro Raúl a lo largo de los años es su afición por la tauromaquia. De pequeño soñaba con ser torero, pero el destino lo llevó a cambiar la muleta por el balón. En el campo, su estilo siempre ha tenido algo de torero: elegante, desafiante, valiente. Y también con esa parte de genio incomprendido, de figura polémica que divide opiniones.
Porque RDT, el que metía goles de todos los colores, el que hacía levantar a la afición, también es el que se fue del Espanyol entre sombras, con un traspaso extraño y un final amargo. “No quería irse”, dicen algunos. “Forzó su salida”, aseguran otros. Como en una faena interrumpida, la plaza de Cornellà nunca llegó a ver la última estocada, y en la afición perica quedó la sensación de que el desenlace no fue el que merecía.
Desde entonces, el delantero sigue buscando volver a ser ese torero de las áreas, ese matador implacable que un día hizo vibrar a Cornellà-El Prat. En Vallecas, su carrera aún no ha despegado como esperaba, pero sigue intentándolo. Y mientras tanto, en el Espanyol su nombre aún resuena, pero ya no como aquel himno de gol, sino como un pasodoble con notas de nostalgia y desencanto.
Este viernes, RDT saldrá al ruedo de Vallecas. ¿Habrá faena completa o quedará en un intento fallido? En Cornellà, muchos siguen esperando que alguien les explique por qué aquel espectáculo se suspendió antes de tiempo.