El Atlético mandó durante buena parte del partido en Cornellà y rozó el 0-2 con un disparo de Julián Álvarez al palo, pero acabó sucumbiendo ante un Espanyol que nunca se rindió. Los rojiblancos se adelantaron con un gol de falta del propio Julián, aunque los blanquiazules reaccionaron con un cabezazo de Miguel Rubio tras una falta botada por Edu Expósito. Los cambios marcaron la diferencia: Simeone perdió frescura al quitar a Almada y Baena, mientras Manolo González acertó con la entrada de Kike García y Pere Milla. El ilerdense firmó el 2-1 con un remate espectacular que desató la locura en el RCDE Stadium. Victoria de carácter para el Espanyol y decepción para un Atlético que dejó escapar un partido que parecía suyo.