En los despachos del Espanyol no hay tregua. El mercado se cierra el 1 de septiembre y Manolo González ya lo dijo sin paños calientes: “Se busca aumentar la competencia. Que haya hostias por jugar”. Y a fe que lo están cumpliendo. El fichaje de Luca Koleosho, extremo rápido y encarador, es la primera pieza de esas tres que pedía el míster y encaja a la perfección con esa idea de subir el nivel y apretar a los que ya estaban.
La llegada de Koleosho, que puede actuar en ambas bandas aunque parece más destinado a la derecha, mueve el tablero de manera directa. Y uno de los que queda señalado es Antoniu Roca. El extremo de Martorell venía de ganarse un sitio en el primer equipo a base de trabajo y confianza del entrenador, pero ahora tendrá que volver a picar piedra para no perder protagonismo. El curso pasado jugó 26 partidos de Liga (1.021 minutos) y dejó una asistencia. No son números deslumbrantes, pero sí los de un futbolista que estaba dando pasos firmes hacia asentarse en Primera.
El contexto no es sencillo. A Roca le tocará pelear con Jofre Carreras, otro canterano en plena batalla por consolidarse, y ahora también con Koleosho, que llega desde el Burnley con vitola de refuerzo importante. En la ecuación, la competencia es brutal y, aunque Roca parte con la ventaja de conocer la casa y al técnico, la exigencia sube varios escalones.
La situación es delicada porque, además, Antoniu Roca tiene mercado. Renovó hasta 2028, pero hay equipos de Segunda pendientes de sus movimientos. El Mirandés, por ejemplo, según explicó Onda Rojilla, ya estaría interesado en una cesión si el extremo ve bloqueada su progresión en Cornellà. En La Grada Ràdio, Ángel García (Cazurreando) lo dejó claro: Roca tendría “mucha salida en Segunda” y varios clubes esperan a ver si el Espanyol abre la puerta.
Pero la voluntad del jugador es clara: su idea no pasa por marcharse, sino por quedarse en Cornellà y luchar por un puesto en el once. Sabe que el reto es mayúsculo, pero también que estas oportunidades no se dejan escapar.
Para el propio Roca, que ya superó problemas físicos de joven y se ha curtido en equipos como Gramanet, Badalona, Barça o la Damm antes de aterrizar en Sant Adrià, esta temporada será decisiva. No solo se juega minutos, se juega futuro. Sabe que, por primera vez, es miembro pleno del primer equipo y no hay margen para excusas. Si se queda, tendrá que demostrar que puede convivir con la presión y la competencia de Koleosho y Jofre.
El Espanyol gana en alternativas, sí, pero eso deja claro que la pelea por la banda derecha será encarnizada. Y en medio de todo, Antoniu Roca tendrá que decidir si quiere esa guerra aquí… o si aprovecha el mercado para buscar minutos lejos de casa.



